Nombrado nuevo obispo de Tumaco

 

Orlando Olave Villanoba, de Barrancabermeja, remplazará a Gustavo Girón

El Papa nombró como obispo para la Diócesis de Tumaco al sacerdote Orlando Olave Villanoba, nacido en Barrancabermeja en 1969. Los habitantes que cubre esta diócesis esperaban con expectativa y esperanza el nombramiento desde el 25 de julio de 2015, fecha en que renunció monseñor Gustavo Girón Higuita por motivos de edad.

Francisco ha pedido reiteradamente a los obispos y sacerdotes ser pastores humildes y sencillos entregados al servicio de sus diócesis y parroquias, optando principalmente por los pobres y marginados. Ha criticado a los pastores que se creen príncipes distantes, diciendo que el pastor que “está apegado al poder, al dinero, a los acuerdos” no está con los fieles. “Su unción es para los pobres, para los cautivos, para los enfermos, para los que están tristes y solos”, ha dicho. Esta característica parece estar marcando el nombramiento del nuevo obispo. Olave fue párroco de Jesús María, en Barrancabermeja, donde sus parroquianos destacan su cercanía con las comunidades y su interés por el bienestar social y espiritual de las mismas. También trabajó con monseñor Jaime Prieto, uno de los obispos colombianos más reconocidos por su trabajo comprometido y cercano a los pobres y los campesinos.

Cuando un sacerdote es nombrado obispo tiene un gran reto. Muchos, con una añoranza del Medioevo, pretenden convertirse en príncipes, con modales y costumbres que los alejan del clero y de los feligreses, riñendo con el mandato de Jesús: “el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre ustedes será vuestro siervo” (Mateo 20:26-27). La cátedra de un obispo en donde la palabra debe acompañar a la obra deberá calcarse de la opción de la encarnación, de la kénosis, del abajamiento, de la entrega total y sincera al servicio de los otros. La arrogancia, la ruta hacia el escalamiento de poder y del elogio no se compaginan con la misión a la que fue convocado.

La Diócesis de Tumaco engloba a nueve municipios de la Costa Pacífica, desde Francisco Pizarro al Charco, pasando por Barbacoas y Olaya Herrera.

Los desafíos que le aguardan a Olave en Tumaco son grandes, pues ha sido la región con la más alta tasa de asesinatos del país y con unos índices de necesidades básicas insatisfechas (NBI) del 90% en municipios como Mosquera y El Charco. Es además una región donde las FARC harán el tránsito a la vida civil y sin armas y donde actualmente otros grupos armados desangran la región en luchas por el control territorial y las rutas del narcotráfico.

En medio de esta difícil realidad la Diócesis de Tumaco, con Gustavo Girón como obispo, quien dejó profundas enseñanzas de sencillez y humildad, ha sido una de las instituciones con más credibilidad en la región, con un muy reconocido compromiso en la defensa de la vida y de la paz. Las marchas por la paz y la Casa de la Memoria son referentes nacionales que le merecieron el Premio de Derechos Humanos Antonio Nariño otorgado por las embajadas de Francia y Alemania en el 2013. Sus informes anuales de Derechos Humanos, Que nadie diga que no pasa nada, son la única publicación sobre el tema en la región. El protagonismo de laicos y laicas en la diócesis ha sido definitivo, ellos y ellas son fundamentales en la construcción de una Iglesia viva y actuante. Laicas y laicos deberán ser cada vez más escuchados en la vida de la Iglesia. Ellas y ellos no son “hermanos menores”.

Homenaje a Yolanda Cerón, líder eclesial asesinada en 2001

Yolanda Cerón es una de las mártires que ha marcado el espíritu de la Diócesis de Tumaco; fue directora de Pastoral Social desde 1995 y fue asesinada por las AUC el 19 de septiembre del 2001. Lideresa de talla nacional, impulsó la Ley 70 de comunidades negras, la titulación de tierras y la defensa de los Derechos Humanos. El nuevo obispo encontrará en ella un faro, un ejemplo de acción profética que no se detuvo para denunciar la injusticia y las masacres, pero que también anunció con valentía la esperanza y la necesidad de luchar por que los derechos fueran hechos que dignificaran la vida con justicia social.

Tumaco es uno de los lugares de Colombia con mayores desafíos para la paz, y la Iglesia tiene una responsabilidad importante en ello. Resuenan con fuerza las palabras del papa Francisco cuando afirma que “no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en el camino de la paz y la reconciliación en Colombia”.

Hacemos votos para que el nuevo obispo esté a la altura de este compromiso por la paz, la equidad y la justicia en la región que cubre la diócesis que tanto lo necesita.

Énfasis en pastoral juvenil

“Nacido en Barrancabermeja, el 28 de enero de 1969, Orlando Olave Villanoba cursó los estudios de Filosofía en el Seminario Mayor de Bucaramanga, y los de Teología en el Seminario San Carlos Borromeo de San Gil. Tiene un Diplomado en Pastoral Juvenil del Instituto Teológico para América Latina (ITEPAL), y una Licenciatura en Teología, con énfasis en Pastoral Juvenil y Catequesis, de la Pontificia Universidad Salesiana de Roma. Fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1998 en la catedral de Barrancabermeja. Ha sido párroco, capellán de instituciones de enseñanza, coordinador de la comisión diocesana de pastoral juvenil, miembro del consejo presbiteral diocesano, director diocesano de catequesis, director general de la obra diocesana Seminario San Pedro Claver, miembro del consejo de gobierno de la diócesis, vicario de pastoral, miembro del consejo presbiteral diocesano y de la junta directiva de la Fundación Instituto Cristiano de Promoción Campesina (ICPROC)”, CEC.

Leandro Agón

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