José San José: “Roma fomenta la fraternidad sacerdotal”

Rector del Colegio Español de Roma

José San José Prisco, rector del Colegio Español de Roma

DARÍO MENOR | A José San José Prisco le gusta escuchar bandas sonoras de películas. “Me ayudan a concentrarme en el trabajo y a evadirme de los ruidos del pasillo”, cuenta en su despacho del Pontificio Colegio Español de San José de Roma, del que lleva siendo rector desde hace casi dos años. Mientras suena de fondo una sucesión de canciones que invitan a la aventura, desgrana cómo celebra el 125º aniversario de su fundación esta institución dependiente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y encomendada a los Operarios Diocesanos, a los que pertenece este vallisoletano que ya participó en la celebración del centenario siendo colegial.

PREGUNTA.- ¿Qué queda hoy del carisma del beato Manuel Domingo y Sol, que fundó en 1892 el Colegio Español?

RESPUESTA.- Todo. La institución primero guarda la esencia del origen: la formación sacerdotal. Al principio el fundador pensó más en los seminaristas, pero la intención era mejorar el nivel cultural, académico y espiritual del clero en España, que era bastante flojo. Aunque las circunstancias pueden cambiar y ahora hay mejor nivel académico en los seminarios y centros de estudios, lo que Roma puede aportar a la formación sacerdotal puede ser hoy tan importante como entonces. La idea de traer a un grupo de sacerdotes en formación para que sean mejores y tengan una incidencia en España sigue siendo tan actual como cuando la tuvo don Manuel.

P.- ¿Cómo cambia un sacerdote tras los años de formación en Roma?

R.- Hay varias cosas que deberían formar el equipaje con el que uno vuelve a casa tras estar aquí. Primero es la formación intelectual. Vienes con una preparación básica y te vas con una especializada. Esto es importante, porque a menudo las diócesis mandan a los sacerdotes a estudiar porque tienen una necesidad. La segunda adquisición que se hace es la experiencia de fraternidad sacerdotal. Aunque teóricamente la da el sacramento y la vida en la diócesis, la vida práctica del sacerdote suele ser bastante individual. Aquí vas a vivir 24 horas con otros hermanos sacerdotes. Compartes la oración, la celebración litúrgica, la hora de la comida, mucho tiempo de ocio, las visitas culturales… Se puede crear una relación presbiteral más allá de lo que el sacerdote está acostumbrado en su diócesis. (…)

P.- ¿Le molesta que se le ponga al Colegio el sobrenombre de “fábrica de obispos”?

R.- Todos los centros de formación de sacerdotes son en potencia fábricas de obispos. Es cierto que muchos de los excolegiales han sido luego obispos. Ni me molesta ni me parece negativo. Pero de los últimos obispos nombrados en España, solo uno era antiguo alumno nuestro. Sale de vez en cuando alguno, con el porcentaje que corresponde al número de gente que estudia en Roma. También es cierto que esta es la casa de los obispos en Roma. (…)

Publicado en el número 3.029 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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