Giuseppe Versaldi: “La Iglesia no está para condenar, sino para salvar”

Giuseppe Versaldi, cardenal prefecto de la Congregación para la Educación Católica

Cardenal prefecto de la Congregación para la Educación Católica

Giuseppe Versaldi, cardenal prefecto de la Congregación para la Educación Católica

Entrevista al cardenal Versaldi [extracto]

VICENTE L. GARCÍA (VITORIA) | Tras su paso por Salamanca para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Pontificia, el cardenal Giuseppe Versaldi se desplazó días atrás a Vitoria para impartir una conferencia y descubrir una placa en recuerdo del 50º aniversario de la creación de la Facultad de Teología de Vitoria, la primera universidad implantada en la capital alavesa. Versaldi ocupa, desde marzo de 2015, el cargo de prefecto de la Congregación para la Educación Católica. Como “ministro vaticano”, es uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco y está considerado como una de las ocho personas más influyentes de la Iglesia católica. Vida Nueva le acompañó en su visita a la Catedral Vieja de Santa María y, antes de los actos conmemorativos en el Seminario Diocesano de Vitoria, pudo conversar durante unos minutos con él.

PREGUNTA.- El humanismo cristiano sigue teniendo hoy respuestas válidas para el hombre y la mujer de hoy y de mañana…

RESPUESTA.- La historia de la Iglesia está cargada de testimonios de la atención que siempre se ha prestado a la educación; como nuestros misioneros, que han trabajado con la Iglesia en la construcción de escuelas y residencias. Por otro lado, en los países de tradición más antigua está la labor de las diversas órdenes religiosas, que han trabajado por acercar la educación a los más pobres, ofreciendo una enseñanza gratuita para quienes no se la podían costear en centros privados. Esto en cuanto a la historia. La Iglesia, hoy, particularmente en la sociedad occidental, está llamada a una nueva misión: favorecer el diálogo entre la fe y la razón, un diálogo al servicio de la razón y de la fe, para lograr elevar el progreso integral para todas las personas.

P.- Entre las reformas del papa Francisco, ¿se prevén algunas que afecten al campo de la educación católica?

R.- El papa Francisco, dirigiéndose a la Congregación para la Educación Católica en un congreso celebrado hace dos años con más de 1.500 representantes de la escuela y la universidad católicas, animó no solo a continuar en esta labor tradicional de la educación formal, sino a unir esa forma tradicional buscando una formación, una escuela informal dirigida sobre todo a la periferia del mundo y de la Iglesia, en un impulso que aúne tradición y renovación.

P.- ¿Podría abordar el futuro Sínodo sobre los jóvenes alguno de estos temas?

R.- En el futuro Sínodo, sin duda, el tema de la educación será central, porque solo a través de la formación de las nuevas generaciones se logrará cambiar el mundo para no repetir errores y conflictos. Es una ocasión propicia que la Iglesia ofrece, no solo a los cristianos, sino al mundo entero.

Giuseppe Versaldi, cardenal prefecto de la Congregación para la Educación Católica, en la UPSA con Myriam Cortés rectora le entrega doctorado

La rectora de la UPSA, Myriam Cortés, entrega el doctorado al cardenal Versaldi

P.- Como hombre cercano al Papa, ¿cree que las resistencias a sus reformas se han debilitado, siguen igual o están ganando adeptos?

R.- Hay algo de mito en lo que se refiere a la resistencia que el papa Francisco pueda estar encontrando a sus reformas, especialmente en la Curia. Reformas, por otro lado, que ya inició Benedicto XVI. No obstante, esas resistencias no se deben tanto a una mala intención, sino a la complejidad y dificultad del cambio. No son muchas las personas concretas que yo conozca que son abiertamente contrarias a las reformas del papa Francisco. Son más bien personas en las que pesa la edad y la inercia de los hábitos adquiridos en algunas cuestiones. La mayoría de las reformas están encontrando un respaldo, una colaboración. Al fin y al cabo, las reformas no solo las quiere el papa Francisco, sino el Espíritu Santo, que sopla sobre nosotros y que nos pide vivir desde ese impulso que viene de lo alto.

P.- ¿Qué debe estar presente en toda institución educativa que tenga el apellido de “católica”?

R.- Distinguiría básicamente dos niveles: el primero marca que la educación ha de ser integral, que procure el crecimiento de toda la persona y de todas las personas. La educación integral no es la que solo impulsa los niveles intelectual y económico, sino también lo espiritual, lo trascendente. En el segundo nivel, lo que interesa directamente es que la identidad católica se configura como un diálogo, no solo con los creyentes, sino con los que no creen. Un diálogo que es propuesta del mensaje evangélico, no una imposición; aunque desde una fuerte identidad, porque el Evangelio para nosotros no es discutible en lo sustancial, y lo sustancial del Evangelio es lo que se refiere a la persona, el amor a las personas, la cura de las debilidades, el testimonio de la caridad… Porque, para cada creyente en Cristo, el Dios en el que creemos es Amor. Un amor que propone la verdad que distingue entre lo bueno y lo malo. En definitiva, el papa Francisco está insistiendo en un mensaje de esperanza para todos y una apertura de la Iglesia que va al encuentro de la persona. La verdad y la caridad son una misma cosa para la salvación, porque –como dijo Jesús– la Iglesia está fundada para extender su misión; no para condenar, sino para salvar.

Preservar del mal, formar para el bien

Cree que “la Iglesia es la institución que más está haciendo para combatir la plaga” de la pederastia en la sociedad. Por eso, el cardenal Versaldi entiende que “concentrar todo el problema sobre la Iglesia es un error histórico”, lo cual “no quita para que deseemos eliminarlo, aunque fuese un solo caso”. En su opinión, “no se trata de una cuestión de números”, pero sí de seguir adelante con esta cruzada, que “ya comenzó el papa Benedicto XVI, y que Francisco ha continuado, con la reforma de las normativas que pretenden afrontar este problema, que es motivo de escándalo”.

Reconoce el prefecto para la Educación Católica que, “últimamente, se trabaja más en la idea de la prevención”, desde “la formación en seminarios, noviciados y centros educativos que se anticipe, que prevenga de esta plaga”. En este sentido, “las nuevas normas –advierte Versaldi– conciernen no solo a clérigos y religiosos, sino también a las familias”.

De ahí que Amoris laetitia invite a “caminar hacia la formación de una familia verdaderamente responsable del amor, de la transmisión de la vida, de la educación”. Se trata de “un verdadero impulso de prevención, para que los niños mañana no sean solo preservados del mal, sino formados para el bien”. Se busca, en fin, “que la familia sea el lugar en el que los niños sean amados, para poder ser luego capaces de amar”.

Publicado en el número 3.028 de Vida Nueva. Ver sumario

Compartir