El “escándalo” del hambre acorrala a 20 millones de personas

médico con una niña en un país africano

Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria protagonizan la mayor crisis humanitaria desde 1945

médico con una niña en un país africano

JOSÉ LUIS CELADA | Unos 20 millones de personas se encuentran hoy en riesgo de padecer hambruna en Sudán del Sur, Somalia, Yemen y el noreste de Nigeria, en lo que puede considerarse la mayor crisis humanitaria desde 1945. La voz de alarma la acaba de lanzar la ONU por boca de su coordinador para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, quien informaba el 10 de marzo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre su reciente visita a tres de esos países, donde pudo observar de primera mano la gravedad de la situación. “Sin un esfuerzo global, colectivo y coordinado –alertó O’Brien–, esas personas morirán de hambre”.

Un destino que Manos Unidas define como “un escándalo en un mundo de abundancia como el nuestro” y que, según su presidenta, “debería hacer temblar los cimientos de nuestro sistema y replantearnos qué estamos haciendo a nuestros semejantes”. En declaraciones a Vida Nueva, Clara Pardo se pregunta “cómo es posible que, mientras se desperdician un tercio de los alimentos que se producen, el mundo todavía asista, casi impasible, a tragedias humanitarias” como la que están viviendo esos países. Por eso, la organización que preside se muestra dispuesta a “declarar la guerra al hambre” y, sin caer el pesimismo, apela “a gobiernos, organismos e instituciones internacionales para que, definitivamente y de una vez por todas, pongan fin a este escándalo”.

Mientras, “a la espera de recibir peticiones de emergencia desde los países afectados”, Manos Unidas sabe de la dificultad de enviar ayuda a esos lugares, dado el clima de guerra que viven. Un rasgo común a los cuatro, como recordó el coordinador para Asuntos Humanitarios de la ONU, lo cual no impide que estén “listos para ampliar las operaciones”, pero “necesitamos acceso y recursos para hacerlo”, reclama O’Brien.

A esos dos requisitos apela también el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. En conversación con Vida Nueva, la responsable de Programas y Emergencias de UNICEF Comité Español, Blanca Carazo, reivindica el “respeto al derecho humanitario para poder acceder a estas zonas en conflicto” y disponer de “más recursos” para hacer frente a una situación que califica de “muy preocupante”, especialmente por lo que respecta al “millón y medio de niños en riesgo de muerte por desnutrición aguda severa”. Una inseguridad nutricional que UNICEF viene intentado paliar con tratamientos terapéuticos que ya alcanzan a miles de pequeños en aquellos países: Sudán del Sur (más de 200.000), Somalia (más de 200.000), Yemen (320.000) y Nigeria (220.000).

Una pesadilla repetida

“Conflicto, sequía, cambio climático, enfermedad, cólera. La combinación es una pesadilla”. Así describía el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, la situación de Somalia, tras su visita relámpago del pasado 7 de marzo para evaluar la hambruna que sufre este país.

El político portugués aseguró que, gracias a la “excelente cooperación” entre el Gobierno, el nuevo presidente Mohamed Abdullahi Mohamed y los organismos internacionales de ayuda humanitaria (la propia ONU, las ONG, la Cruz Roja y la Media Luna Roja), todavía están a tiempo de evitar que se repitan las escenas vividas en 2011, cuando miles de somalíes murieron de hambre.

Para que esto no vuelva a suceder, la ONU solicita a la comunidad de donantes 825 millones de dólares para aliviar las necesidades humanitarias de la población durante los próximos seis meses. Sin este apoyo urgente, el mundo asistirá a una tragedia “totalmente inaceptable que el pueblo somalí no merece”, advirtió Guterres.

Publicado en el número 3.028 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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