Abilio Martínez Varea: “Quiero ser padre de todos, sin distinciones”

Abilio Martínez Varea, nuevo obispo de Osma-Soria, toma de posesión 11 marzo 2017

Toma posesión como obispo de Osma-Soria

Abilio Martínez Varea, nuevo obispo de Osma-Soria, toma de posesión 11 marzo 2017

El nuevo prelado, en su toma de posesión

RUBÉN CRUZ | Sencillo”, “cercano” y “padre de todos, sin distinciones”. Así se presentó el pasado 11 de marzo Abilio Martínez Varea (Autol, La Rioja, 1964) en su toma de posesión como obispo de Osma-Soria. “He venido a una diócesis en marcha, con un camino recorrido impresionante, a la que me sumo como pastor”, dijo Martínez Varea.

El prelado no aprovechó la ceremonia de consagración, que reunió a más de 1.500 personas en la catedral de El Burgo de Osma, para hacer una propuesta de retos y líneas de acción, porque “lo iremos haciendo entre todos”. Pero sí resumió su propósito de actuación: “Quiero ser un pastor según el corazón de Jesucristo”.

Martínez Varea se convirtió de esta forma en el tercer prelado riojano que ocupa la Diócesis de Osma-Soria en los últimos cien años. De la sede valora el trabajo “en comunión y corresponsabilidad” que se viene haciendo desde hace años, porque hay que “vivir con alegría la presencia del Espíritu Santo, que sopla sobre todos los miembros de la Iglesia suscitando una diversidad de dones y carismas que, puestos todos en juego, no rivalizan entre ellos, sino que en comunión anuncia que Jesucristo es ayer, hoy y siempre Buena Noticia para el mundo”.

A la consagración acudieron un total de 175 sacerdotes, una treintena de obispos y el nuncio en España, Renzo Fratini. Entre los asistentes se encontraban los cardenales de Valladolid y Madrid, Ricardo Blázquez y Carlos Osoro, así como los arzobispos de Toledo y Pamplona, Braulio Rodríguez y Francisco Pérez, que fueron antes obispos de Osma-Soria.

El arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, fue el encargado de pronunciar la homilía. También acompañaron al nuevo prelado el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, y el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, ambos sorianos. Tampoco faltó a la cita el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, cuyo traslado en mayo dejó a la diócesis soriana en situación de sede vacante.

Al día siguiente, el prelado presidió su primera misa en la concatedral de Soria ante un millar de feligreses, a los que animó “a salir sin miedo a la calle a predicar y dar testimonio de vuestra fe”.

Publicado en el número 3.028 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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