Kevin J. Farrell: “Cerrar no es buena señal, nace del miedo”

Entrevista al cardenal prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

Kevin Joseph Farrell, cardenal prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida

DARÍO MENOR | El estadounidense Kevin Joseph Farrell es el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el nuevo organismo de la Curia romana erigido por el papa Francisco el pasado agosto para aglutinar las tres instituciones que hasta entonces se ocupaban de estos campos. Creado cardenal en el consistorio de noviembre, Farrell, que antes fue obispo de Dallas, explica en esta entrevista cómo su ‘ministerio’ tiene la “tarea de declinar la enseñanza” de la exhortación apostólica Amoris laetitia, adelanta detalles sobre el Encuentro Mundial de las Familias de Dublín en 2018 y la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá en 2019, y le deja una recomendación a su compatriota Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

“No es ‘Amoris laetitia’ la que pone en crisis a la familia”

Cuando está a punto de celebrarse un año de la publicación de Amoris laetitia –el 8 de abril, firmada con fecha de 19 de marzo–, el cardenal intenta restar importancia a las críticas hacia la exhortación postsinodal: “Más que polémicas académicas sobre cuestiones específicas, o lecturas hermenéuticas que profundizan y enriquecen su comprensión, lo que cuenta es recordar lo que decía san Juan XXIII respecto al Concilio que había apenas comenzado: ‘No es el Evangelio el que cambia: somos nosotros que comenzamos a entenderlo mejor’. Parafraseándolo, deberíamos decir que no ha cambiado el significado del matrimonio cristiano, sino que deben cambiar, en el sentido de crecimiento y profundización, la pastoral, el cuidado, la atención de la Iglesia hacia las familias, en especial aquellas más necesitadas de ayuda, apoyo y acompañamiento. Esta es la verdadera revolución. No es Amoris laetitia la que pone en crisis a la familia, es la crisis de la familia la que pone en movimiento a la Iglesia”.

Abundando en esta idea, cita al papa Francisco cuando decía que “las familias no son un problema, sino una oportunidad”, y Farrell explica: “Esta intuición es esencial para sacar adelante un cambio en la pastoral familiar, también en el sentido de una acción rica de esa misericordia que es parte de la propia razón interna de la exhortación. Esta es una tarea aún por desarrollar”.

Preparación de la JMJ de Panamá

Con respecto a los laicos, y aunque el nuevo Dicasterio se encuentra en una fase de reorganización de competencias y funciones, Kevin J. Farrell está inmerso en la preparación de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar en Panamá en enero de 2019.

Adelanta que en abril habrá en Roma un encuentro internacional con los responsables de pastoral juvenil y jóvenes de todo el mundo, y también con los representantes de los movimientos y de las asociaciones internacionales, una reunión que servirá para hacer valoración de la JMJ de Cracovia, para preparar Panamá y para tocar temas relativos al Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes de 2018.

No muestra especial preocupación por el hecho de que la Jornada se celebre en enero y que muchos jóvenes no estén de vacaciones: “Cuando la JMJ se celebra en agosto, para los jóvenes del hemisferio meridional no resulta fácil participar. Tenemos plena confianza en la capacidad de los jóvenes para encontrar el modo de participar en la cita de Panamá”.

Tampoco cree que los jóvenes se sientan olvidados por la Iglesia. Al contrario, asegura que “desde hace décadas hay un gran compromiso de la Iglesia hacia las nuevas generaciones: conferencias episcopales, diócesis, parroquias y movimientos hacen mucho. A veces, ni siquiera se conoce la capilaridad de estas presencias y acciones”.

Sobre Trump: “El miedo genera monstruos”

Preguntado por si percibe y comparte la preocupación con respecto al nuevo presidente Donald Trump, el cardenal estadounidense coincide con Francisco al pedir esperar a que se produzcan hechos concretos para valorarlos.

Pero sí recuerda Farrell: “La Iglesia reclama siempre los principios de solidaridad, que deben estar en la base de toda convivencia. Cerrarse no es nunca una buena señal, para nadie y en ningún lugar, precisamente porque es una decisión que nace del miedo. Y el miedo genera monstruos”.

Publicado en el número 3.027 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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