Entrevista – “La naturaleza ya no aguanta más”

CLÁUDIO HUMMES. Cardenal y presidente de la Red Eclesial Panamazónica

Nos recibe con la misma sonrisa que lució tras conocer la elección de su amigo Jorge Bergoglio como Papa. El cardenal franciscano Cláudio Hummes (Montenegro, Rio Grande do Sul, 1934), arzobispo emérito de São Paulo (Brasil) y prefecto emérito de la Congregación para el Clero, preside actualmente la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Comprometido profundamente con la lucha contra la pobreza y el cuidado del medio ambiente, escucha con atención cada una de las diversas propuestas que proponen contribuir al cambio del actual modelo de desarrollo. Ese que provoca la “cultura del descarte” tantas veces denunciada por Francisco.

Han pasado casi cuatro años desde aquel “no te olvides de los pobres” que le susurró al cardenal Bergoglio durante el cónclave. ¿Estamos más cerca de esa “Iglesia pobre para los pobres” que soñaba el nuevo Papa?

Creo que sí. Quizá no visiblemente, pero la Iglesia se dejó interpelar por los pobres y procura ponerlo más en práctica cada día. Está en un proceso de convencimiento, de cambio en el estilo de vida, pero no se hace por decreto. Y siempre muy animada por el ejemplo y las actitudes del Papa. Como Jesús, él nos recuerda que no podemos servir a dos señores: a Dios y al dinero.

¿Le sigue sorprendiendo el papa Francisco?

Todos los días, sobre todo en ese querer vivir pobre y estar muy cerca de ellos. Siempre que puede, va a ver a los pobres, enfermos o a quienes tienen mayor necesidad. O visita un país que la está pasando mal. Se decía que quería venir a Brasil el año próximo, pero no lo hará porque hay otros países que viven situaciones de mayor sufrimiento. Esas decisiones son una confirmación de por qué eligió el nombre de Francisco. Porque san Francisco de Asís es el santo de los pobres. De ahí su preocupación constante por ayudarlos, consolarlos, animarlos, abrazarlos… Y nosotros nos sentimos desafiados a hacer lo mismo.

A la vista de este testimonio, ¿por qué hay tantas reticencias hacia sus reformas, especialmente entre algunos cardenales?

No es nada admirable, pero en cualquier grupo humano es así. Y el Papa lo ve también normal. Pero una cosa es tener tu opinión diferenciada y otra promover la división, lo cual es inaceptable. Que haya puntos de vista diferentes, discusiones, diálogo. El propio Papa dice que es muy saludable; pero cuando se empieza a perjudicar la unidad, eso no viene de Dios.

¿Cómo valora el compromiso de la Iglesia con el planeta?

San Francisco es el santo de los pobres, de la paz y del cuidado de la creación. Estos tres aspectos resumen los grandes empeños del Papa. Laudato si’ fue muy profética, tanto que nuestra REPAM la tiene como su carta magna. Francisco nos dio un texto que presenta nuevos aspectos sobre una cuestión no solo económica o política, sino de responsabilidad, de ética social y con una dimensión religiosa.

Se tenía la impresión de que el mundo, la sociedad, los grandes líderes veían a la Iglesia como una institución milenaria que poco a poco cerraba sus puertas y agotaba su misión, pero con este Papa eso cambió por completo. Ahora se percibe que la Iglesia sí tiene una contribución positiva e importante que hacer. El Papa de la misericordia no solo nos llama a tener compasión con el que sufre, sino a caminar juntos. Nadie deberá quedar fuera, porque todos tenemos algo que aportar. Es una propuesta que tiene mucho que decir al momento histórico actual, con un mundo muy dividido por las guerras, el terrorismo o la falta de perspectivas de futuro. La cuestión del planeta, por ejemplo, se demostró que era global, no solo de la Amazonia.

¿En qué debemos cambiar todos si queremos salvar nuestra casa común?

El Papa muestra que lo básico es un cambio en el sistema económico, de producción y distribución, porque el sistema dominante hoy en el mundo tiene como prioridad el lucro propio, no importa a qué costos humano o ambiental. Es una conversión de valores, para tener mucho más en cuenta al ser humano, que debe estar en el centro. Se trata de un cambio muy grande, que necesita también un proceso, porque no hay que comenzar todo de nuevo, sino transformarlo. Por ejemplo, la Cumbre del Clima de París tuvo muy claro que hay que buscar otras fuentes de energía alternativas frente a las que contribuyen a la creación del efecto invernadero. Algunos científicos o Donald Trump dicen que eso es una farsa porque hay detrás intereses económicos gigantescos.

¿Cree que las políticas de Trump pueden poner en riesgo el cumplimiento del Acuerdo de París?

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