Santiago Silva: “Chile ya no es tan cristiano ni tan católico como antes”

Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile

Santiago Silva Retamales presidente Conferencia Episcopal Chile

DARÍO MENOR (ROMA) | La Conferencia Episcopal de Chile (CECh) se ha llevado un primado: ha sido el primer episcopado en ser recibido en Roma por el Papa con el nuevo modelo que Francisco ha diseñado para las visitas ad limina, en las que se celebra un largo encuentro conjunto entre el Pontífice, los pastores y algunos de los responsables de los principales dicasterios de la Curia romana. “Es un modo muy efectivo de poner en práctica dos criterios evangelizadores como son la sinodalidad y el ejercicio de la comunión”, explica Santiago Silva Retamales, obispo castrense y presidente desde el pasado noviembre de la CECh.

PREGUNTA.- ¿Han invitado al Papa a viajar a Chile?

RESPUESTA.- Sí. Nos dijo que existen posibilidades de que así sea. Su visita podría ser el próximo año, en el que Chile cumple 200 años de independencia. Su visita nos permitiría mirar nuestro caminar como Iglesia y, a la vez, mirar los procesos que ha vivido nuestro país desde su independencia, para colaborar –desde el Evangelio– a forjar el futuro de una sociedad más fraterna e inclusiva. El futuro tiene que construirse haciendo memoria agradecida de lo que hemos sido y somos.

P.- La Diócesis de Osorno vive una situación complicada, pues algunos fieles acusan al obispo, Juan Barros, de encubrir a un sacerdote acusado de abusos sexuales, Fernando Karadima. ¿Hablaron de este tema con el Papa? ¿Qué les dijo?

R.- Nos pidió que supiéramos discernir con que espíritu algunos se están oponiendo al nombramiento y a la estadía de monseñor Barros en Osorno. No se pueden poner condiciones al diálogo. Encontrarse con algún grupo cuyo único interés es que el obispo salga de su diócesis no nos conduce a nada que sea del Espíritu. Hemos tenido ya encuentros con los opositores de monseñor Barros. Así lo han hecho los obispos de su provincia eclesiástica y, últimamente, en noviembre del año pasado, al terminar la Asamblea Plenaria. Nuestro propósito es seguir dialogando, lo que haremos al volver de la visita ad limina. Pero no solo escucharemos a los que se oponen, sino también a los grupos de laicos que apoyan a monseñor Barros y están con su pastor. Todos tienen derecho a ser escuchados, pues tienen fe y pertenecen a la Iglesia. Por lo demás, una visión que responda a la realidad, con su complejidad y matices, requiere hacerse cargo de ella escuchando a todos los que tengan algo que aportar.

P.- ¿Cree usted que tienen motivos estas personas para estar dolidas por la gestión del ‘caso Karadima’?

R.- Por supuesto, y todos estamos muy dolidos por ello. Son situaciones que jamás debieron ocurrir. Pero en ninguna instancia judicial ni eclesial se ha probado que monseñor Barros sea culpable de abusos, como sí se hizo con el padre Karadima. (…)

P.- Como presidente del Episcopado le toca tratar con el Gobierno de Bachelet. ¿Le escuchan cuando plantea la postura de la Iglesia ante asuntos candentes como la ley del aborto o la reforma educativa?

R.- Vivimos en una sociedad abierta, que no es tan cristiana ni tan católica como antes. No más del 60% de los chilenos se declara católico. Nuestra cultura no dista mucho de la de países laicistas. Por ello, nuestra voz es una dentro de tantas, pero es una voz persistente y clara para proteger la vida, para denunciar la inequidad social y el individualismo reinante, y para favorecer el diálogo y el respeto de las personas, particularmente de los actores sociales. Como Iglesia, nos preocupa entender y discernir cómo hacer del Evangelio una propuesta humanizadora, cuyo horizonte sea la vivencia de nuestra condición de hijos de Dios y hermanos unos de otros. (…)

Publicado en el número 3.026 de Vida Nueva. Ver sumario

 


CÓMO ACCEDER A LA ENTREVISTA COMPLETA:

* Si eres suscriptor de la revista: léelo ahora

* Si quieres comprar el número suelto en la app de la Revista Vida Nueva. En el nº 3.026: para iPad o para Android

* Suscríbete a Vida Nueva

 


LEA TAMBIÉN:

Compartir