En defensa de la imagen de Francisco

El Vaticano denunciará judicialmente el “uso inapropiado” de la imagen del Papa y los emblemas de la Santa Sede

imagen del papa Francisco en un souvenir tazas y relojes

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El Vaticano ha sorprendido con un inesperado –y contundente– comunicado en defensa de la imagen del papa Francisco y de los símbolos oficiales de la Santa Sede. “La Secretaría de Estado tiene entre sus tareas la de defender la imagen del Santo Padre para que su mensaje pueda llegar íntegro a los fieles y su persona no sea instrumentalizada”. Así comienza el texto difundido el 22 de febrero, y que ha causado un extraordinario eco.

Finaliza el comunicado con una firme declaración de intenciones: “(…) la Secretaría de Estado efectuará de forma sistemática una actividad de vigilancia encaminada a monitorear las modalidades con las que la imagen del Santo Padre y los emblemas de la Santa Sede son utilizados interviniendo, cuando sea el caso, con los procedimientos oportunos”.

Esta advertencia de “judicialización” por el uso impropio de la imagen del Papa, además del escudo y bandera de la Santa Sede, no se refiere, según se aclaró desde la Sala de Prensa vaticana, a los carteles en contra del Pontífice que aparecieron pegados en las calles de Roma a principios de febrero, ni a la difusión por correo electrónico y redes sociales de una falsa portada de L’Osservatore Romano sobre la comunión a los divorciados, sino a “toda la gente que se lucra utilizando la imagen del Papa o el emblema pontificio”. La medida trata de evitar básicamente la venta de objetos con la imagen no autorizada del Papa o de los emblemas del Vaticano, sobre todo, en puestos callejeros en Roma. Pero va más allá.

“Se pretende proteger dos derechos. Un derecho personal, el de la propia imagen, reconocido en el artículo 18 de la Constitución. Y el derecho de la Santa Sede a salvaguardar su propia identidad y que no sea manipulada por terceros”, según señala Rafael Palomino Lozano, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad Complutense de Madrid.

Si hay infracciones en España

Palomino aclara a Vida Nueva que “el problema no es de legislación eclesiástica, sino de defensa del derecho a la propia imagen y a la identidad corporativa en el derecho de los Estados”. Y aunque, según el catedrático, aún se desconoce si el Vaticano “pretende moverse exclusivamente en el plano diplomático, o si llegaría a judicializar la cuestión”, en el caso de que haya infracciones en España, “la Nunciatura podría accionar”, es decir, tomar medidas contra quienes violen esos derechos.

Aunque, como añade Juan Ramón Alonso, abogado y socio-administrador del despacho Alter Consultores Legales, “en el orden penal, el deber de denuncia ante el juzgado, la fiscalía o las fuerzas y cuerpos de seguridad lo tiene cualquier ciudadano que tenga conocimiento de la infracción, y los directamente interesados o afectados disponen además del recurso a la querella”. Y, también, como añade, “la Nunciatura Apostólica, como embajada del Estado Vaticano, a través de sus representantes, pero también cualquier otra persona con cargo eclesiástico a su mandato, podría realizar dicha denuncia o querella penal”.

Publicado en el número 3.026 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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