Declaración de Boston: “Los teólogos hemos de oler a pueblo y a calle”

participantes en el Primer Encuentro Iberoamericano de Teología Boston 6-10 febrero 2017

Destacados especialistas de España y América Latina se comprometen con “las periferias” y con las reformas de Francisco

participantes en el Primer Encuentro Iberoamericano de Teología Boston 6-10 febrero 2017

El cardenal venezolano Baltazar Porras y el resto de participantes en el encuentro de Boston

M. GÓMEZ | Varios días después de finalizar el Primer Encuentro Iberoamericano de Teología –celebrado en la ciudad estadounidense de Boston, en el jesuita Boston College, bajo el lema El presente y el futuro de una teología iberoamericana inculturada en tiempos de globalización, interculturalidad y exclusión–, 36 teólogos y teólogas de España y América Latina firman la llamada ‘Declaración de Boston’, un texto que pone negro sobre blanco las conclusiones y el espíritu que les ha animado a celebrar esas jornadas y, más importante, a contribuir al “kairós eclesial” abierto por el papa Francisco. Sin ningún reparo, se sitúan en la línea de “reforma de mentalidades y estructuras” impulsada por el primer papa llegado de América Latina.

Son 28 hombres y 8 mujeres los firmantes de esta Declaración, que comienza reconociendo “con gozo y alegría” el actual “momento favorable en el desarrollo de la teología y, en general, en la vida de la Iglesia”, propiciado por el “kairós eclesial a partir de los procesos iniciados” por Francisco. Los “impulsos renovación evangélica” de Bergoglio son lo que ha animado a estos teólogos a mirar la situación sociopolítica y económica de sus países y, desde esta mirada, a considerarla “un lugar teológico fundamental”.

El texto denuncia la desigualdad en ingresos y oportunidades que afecta a América Latina y el Caribe: “No podemos dejar de denunciar las causas económicas y culturales de la pobreza, y debemos estar atentos a las mediaciones sociopolíticas que se implementen para su superación. Una teológica profética inculturada supone preguntarnos desde dónde hacemos teología, y de qué lado social nos ubicamos para comprender la realidad”.

Compromiso con las periferias

El compromiso con los últimos es rotundo: “Las periferias son lugares teológicos que obligan a la teología a preguntarse: ¿Cuándo un pueblo es católico: cuando tiene muchos templos o cuando tiene poca pobreza? Ratificamos nuestro compromiso ineludible con las hermanas y los hermanos en las periferias de la sociedad (…). Reconocemos que la pobreza injusta mata porque genera formas de muerte prematura que debemos rechazar. Somos creyentes que apostamos por la puesta en práctica de la misericordia con justicia”.

Y añaden que esta opción por los pobres se inserta “en la memoria de la sangre de los mártires de América”.

La “urgencia” de colaborar con Francisco

Tampoco tiene fisuras el alineamiento con los planteamientos del papa Francisco, con cuya pastoral y teología consideran “urgente” colaborar: “Apoyamos una teología que se hace cargo de los conflictos y transita por las periferias”.

Y usan una de las expresiones más conocidas y repetidas del papa argentino para asegurar: “Al igual que los pastores, los teólogos hemos de oler a pueblo y a calle, por lo que creemos en la necesidad de sanar la deuda pastoral que la teología profesional tiene aún con nuestros pueblos pobres”.

Así, “la teología debe impregnarse de una misericordia que se nutra en el Evangelio y que promueva una Iglesia pobre y para los pobres, donde ellos sean sujetos de su propia historia, y nunca objetos de manipulaciones ideológicas. Los pobres, muchas veces víctimas de la violencia, han de ser para nosotros lugares teológicos privilegiados”.

Algunos de los problemas abordados durante las jornadas en Boston han sido la globalización, las migraciones, la precarización del empleo, el clericalismo… todo ello citado también en esta Declaración, que destaca de manera especial la teología hecha por mujeres o la contribución de la teología latina en Estados Unidos.

Para reiterar, en el párrafo final, su apoyo a las reformas de Francisco: “La reforma sinodal de toda la Iglesia (…) constituye un presupuesto ineludible para concebir la vida, la misión y la teología de las comunidades eclesiales. Como teólogas y teólogos ibero-latino-americanos, apoyamos con esperanza y colaboramos con el proceso de reforma de mentalidades y estructuras impulsado por el actual Obispo de Roma”.

“Solo una institución –se añade– espiritualmente más evangélica, teológicamente más consistente y pastoralmente más abierta a la diversidad sociocultural y religiosa, podrá responder al desafío de trabajar por la justicia, la paz y el cuidado de la casa común, desde una genuina atención a los más pobres y excluidos de nuestra época”.

El documento se cierra con el listado de firmantes, entre los que están los cuatro coordinadores del encuentro –Rafael Luciani, Carlos María Galli, Juan Carlos Scannone y Félix Palazzi– y teólogos de la talla de Gustavo Gutiérrez, Víctor Codina, Robero Goizueta, José Ignacio González Faus, María Clara Lucchetti, Jon Sobrino o Gabino Uríbarri, entre muchos otros.

 


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