Omella al colectivo gay: “La Iglesia respeta a todos”

protesta de movimientos LGTB contra la conferencia de Philippe Ariño contra la práctica homosexual organizada por el Arzobispado de Barcelona febrero 2017

Entidades políticas y sociales cargan contra el Arzobispado por una conferencia de un homosexual cristiano

protesta de movimientos LGTB contra la conferencia de Philippe Ariño contra la práctica homosexual organizada por el Arzobispado de Barcelona febrero 2017

Concentración contra la charla de Ariño organizada por el Arzobispado

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | Una charla sobre homosexualidad organizada por la Delegación de Juventud del Arzobispado de Barcelona ha acaparado la atención de los medios de comunicación catalanes. La conferencia se desarrolló el 5 de febrero en la parroquia de Santa Ana, con manifestación del colectivo LGTB en la puerta incluida. Allí había más policías que manifestantes, unos cuarenta. Los organizadores permitieron la entrada a un pequeño grupo para que pudieran participar en el diálogo, pero finalmente fueron invitados a salir de la sala cuando interrumpieron la charla.

La polémica se había gestado unos días antes, al trascender que el Arzobispado había invitado a Philippe Ariño a un encuentro con jóvenes para hablar de homosexualidad. Philippe Ariño es un gay católico francés, autor de varios libros, que defiende que la manera sana y fiel a la doctrina cristiana de vivir la condición homosexual es la abstinencia sexual. Asegura que en el mundo gay que él conoce “hay una gran violencia” que este colectivo no quiere admitir públicamente.

Este posicionamiento irritó a entidades del colectivo LGTB, que pidió suspender la conferencia. Denunciaban que iba en contra de la Ley de no discriminación aprobada por el Parlamento catalán. Por esto, la Dirección de Igualdad de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, y la Comisión de Igualdad del Parlament se dirigieron al Arzobispado para que garantizara que la conferencia no atentaría contra el derecho a la no discriminación.

Aunque no asistió a la charla, el arzobispo Juan José Omella, autor del prólogo de uno de los libros de Ariño, apoyó al acto. En una carta de respuesta a los diputados les aseguraba que la Iglesia, “siguiendo el ejemplo del papa Francisco, respeta a toda las personas”. También se mostraba “abierto al diálogo y a la comprensión” y subrayaba que la conferencia era un “testimonio de vida que mostraba cómo y porqué [Ariño] ahora vive la castidad en unión con Jesucristo”. Días antes, el Arzobispado emitió una nota de prensa apelando al respeto a la “pluralidad” para defender la convocatoria.

La polémica multiplicó por tres la concurrencia habitual a estos encuentros con jóvenes y asistieron unas 300 personas. La conferencia se realizó con la presencia de un notario para prevenir posibles denuncias.

Conocer la doctrina, cambiar la pastoral

El delegado de Juventud del Arzobispado que había organizado el acto, el sacerdote Bruno Bérchez, presentó el testimonio de Ariño como uno más: “No es la voz de la Iglesia, es Philippe”. Pero Ariño quiso añadir que su opción por el celibato responde a la “verdad” del magisterio: “No soy una manera más de vivir la homosexualidad”.

El teólogo moralista Gaspar Mora comenta a Vida Nueva que, en este tema, quizás sería más conveniente aplicar los mismos principios pastorales de Amoris laetitia. “La Iglesia dice muy bien lo que dice y no lo cambiamos, pero debemos preguntarnos cómo tratamos a los que no lo viven así”. Mora recuerda que el papa Francisco ha abierto “una actitud de acogida a todos, tal como son, para valorar lo que hay de amor, de apertura y de generosidad que sea obra de Dios en una relación”.

Por eso, cree que ahora es el momento de un cambio de método y de “dejar de discutir si la homosexualidad es o no es”, como relata Ariño. “Vayamos a la práctica pastoral y hablemos de cómo debe acoger, aceptar, comprender e integrar lo positivo de estas personas y no pongamos el tema en el ámbito de la doctrina”. Según Mora, este sería el sentido de la frase del papa Francisco: “¿Quién soy yo para juzgar a los gais?”.

Publicado en el número 3.024 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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