Jesús Andrés Vela

OBITUARIO

El 6 de enero murió el jesuita Jesús Andrés Vela, doctor en misionología y padre del Seminario de Planificación Pastoral. Nacido en noviembre de 1924, en la ciudad universitaria de Salamanca (España), trabajó en Brasil durante dieciséis años, antes de asentarse en Colombia, donde vivió más de cuarenta años y terminó de convertirse en un referente en materia de evangelización.

En la década de 1970, luego de participar en el Instituto Latinoamericano de Pastoral Juvenil, se unió al trabajo de la Casa de la Juventud. Alejandro Londoño, compañero de labores, destaca su habilidad como consejero; el valor que otorgó a la vida comunitaria; su eclesialidad e insistencia en la oración personal. Como jesuita, ve en él al misionero; como pastoralista, al primero en hablar de manera seria en la importancia de las dinámicas de grupo; una persona en permanente actualización, con una singular capacidad de poner en relación la Biblia con los aspectos más cotidianos de la vivencia de la fe.

Jesús Andrés Vela fue el hombre detrás de la metodología en la asamblea general del episcopado llevada a cabo en Puebla (México) en 1979. El acontecimiento eclesial marcó para siempre su ministerio; su vida es inseparable de preocupaciones expresadas en el documento final, como la siguiente: “los jóvenes deseosos de realizarse en la Iglesia pueden quedar defraudados cuando no hay una buena planificación y programación pastoral que responda a la realidad histórica que viven”. La preparación de asesores fue quizá su más importante contribución a la vida eclesial.

Una praxis liberadora

“Cuando hablo del agente teológico-pastoral, quiero decir que el teólogo debería vivir su vida y praxis cristiana junto con su comunidad cristiana comprometida, procurando encontrar el significado antropológico, social y cultural de las situaciones vividas y al mismo tiempo –en un discernimiento evangélico– el sentido de fe de las mismas. Este sentido, basado en la fe, no añade nada a la realidad; simplemente explicita un elemento que las demás interpretaciones descuidan u olvidan. Conforme a Jacques Audinet, no se trata de hacer primero un estudio sociocultural y, después, un discernimiento de fe, sino que el discernimiento de fe se realiza sobre la praxis de acción liberadora y salvadora” (J.A.V).

Alirio Cáceres, teólogo y diácono permanente, destaca  que el jesuita deja una gran familia de pastoralistas que supieron ahondar “en el legado evangelizador de Puebla; en cada uno de sus libros y lecciones; en el anonimato de la charla cotidiana, que hoy descubrimos siempre tuvo un talante pastoral”.

Marisol Gómez Andrés, una de las sobrinas del religioso, comparte la imagen entrañable del tío cariñoso. “Una persona muy sencilla, siempre con un criterio y un tremendo sentido común”. Tolerancia, respeto e inteligencia. Tres entre otras muchas cualidades con las cuales, según afirma, su tío  supo estar presente en el ámbito familiar dejando su propia herencia de humanidad.

Mientras los ojos de la Iglesia se vuelven sobre la realidad juvenil, la figura de Jesús Andrés Vela cobra singular importancia para delinear caminos de acción pastoral en el presente.

VNC

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