Gloria Gómez. ASFADDES

“La desaparición forzada sigue siendo una constante en Colombia”

Gloria Gómez, integrante de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, revisa la historia de la institución. Pionera en la lucha contras las desapariciones forzadas en Colombia, ASFADDES cumple treinta y cinco años de existencia. El aniversario se produce mientras la organización conserva reparos acerca de lo que podría implicar lo convenido entre las Gobierno y las FARC, en materia de búsqueda de personas desaparecidas.

¿Cuáles han sido las principales conquistas de ASFADDES en todo este tiempo?

El país le debe mucho a la asociación. Fueron los familiares, congregados en ASFADDES, quienes salimos por primera vez a decir que en Colombia había desaparecidos, a mostrar sus rostros y a exigir que nos los devolvieran vivos, porque vivos se los habían llevado. Esa primera acción nació de la necesidad, del dolor, del afán de encontrarlos y la confianza de que iban a regresar. Desconocíamos, aún, lo que estaba detrás de esas ausencias que creíamos momentáneas. Tuvimos que resistir la persecución, las amenazas, la vigilancia, las labores de inteligencia, el desprestigio, la negación, la desinformación de los medios de comunicación. Pero nos mantuvimos en la terquedad de seguir denunciando, desaprendiendo la domesticación en que estábamos sometidas como mujeres. Aprendimos a ser fuertes en el dolor y desde el dolor.

Fue ASFADDES la que hizo las primeras jornadas de búsqueda y llamó la atención sobre la proliferación de cuerpos desfigurados, pertenecientes a gente a quien se estaba buscando. Fuimos, también, la organización precursora en hablarles a los organismos internacionales sobre lo que estaba pasando en Colombia.

Trajimos por primera vez a FEDEFAM y al equipo argentino de antropología forense. Construimos la primera ficha pre-mortem y hoy afortunadamente tenemos el formato único de personas desaparecidas, una construcción de los familiares.

Descubrimos, además, que las autoridades no recibían las denuncias por desaparición, sino por secuestro; y que nunca investigaban, individualizaban responsabilidades ni tenían en cuenta los testimonios. Había que reconocer la desaparición como delito. La prohibición expresa de la desaparición forzada en la Constitución es otra conquista nuestra.

¿Cómo ha sido la vivencia de la memoria colectiva en la organización?

ASFADDES nace como una lucha de dignidad.  En ese entonces era prohibido hablar. Había persecución; señalamientos. Todos los desaparecidos eran “sediciosos”, “subversivos”, “delincuentes”. Algunos familiares guardaban silencio o había una negación de las militancias. Otros hablábamos del compromiso político de nuestros familiares; eso fue lo que nos motivó: ese orgullo con respecto a lo que nuestros familiares pensaban, a sus sueños y a lo que hacían. Fuimos asumiendo esa memoria de dignidad, reconociéndolos como seres humanos. Desde el mismo momento en que se lo llevaron empezamos a hacer una labor de sensibilización.

¿Qué ha significado el proceso de negociación entre las FARC y el Gobierno Santos, en el marco de sus esfuerzos?

Se logró tener en cuenta la situación de las desapariciones forzadas y decirles a las dos partes que lo primero que tienen que hacer es reconocer su responsabilidad; y, partiendo de su responsabilidad, decir dónde están los desaparecidos. Ahora bien, el Estado no ha cumplido. No ha entregado información ni ha reconocido su responsabilidad; algo que hemos solicitado.

¿Qué le preocupa a este nivel?

El acuerdo sobre búsqueda de desaparecidos existe porque lo hemos peleado. Con todo, hay muchas arandelas en materia de implementación. Se quiere desconocer que hay un camino recorrido: instrumentos, mecanismos de búsqueda; un acumulado de experiencias. En Colombia quienes buscan a los desaparecidos son los familiares. Sin embargo, el acuerdo solo contempla la participación de dos representantes de los familiares en la composición del consejo asesor de la unidad de búsqueda que eventualmente se crearía. La pregunta del millón es cuáles casos asumirá. Se dice que se buscaría a personas desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto, únicamente. Se está enfatizando que solo se van a asumir los casos de la guerrilla y empieza a verse el círculo del fortalecimiento de la impunidad para casos de crímenes de estado.

Miguel Estupiñán

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