Creer en la juventud

Aportes del primer encuentro de formación para asesores de pastoral juvenil

Entre el 15 y el 21 de enero se llevó a cabo en instalaciones de la Conferencia Episcopal un encuentro nacional de formación dirigido a asesores de pastoral juvenil. La actividad, convocada por el Departamento de Estado Laical, que coordina el padre Willinton Torres, reunió a personas de distintas partes del país, en continuidad con acciones precedentes encaminadas a fortalecer la capacitación de líderes.

Según Milton Sánchez, sacerdote de la Arquidiócesis de Tunja, el anterior es uno de los principales desafíos de la Iglesia Católica colombiana en el ámbito del trabajo que realiza entre la juventud. Con Sandra Serrano, el presbítero hace parte del equipo de apoyo detrás del nuevo plan de fortalecimiento de estrategias orientadas a formar asesores. Ambos llevan años en el campo de la pastoral juvenil y están convencidos de la importancia de la formación como garantía para la continuidad de los procesos. A su parecer, un conocimiento profundo de la realidad en que viven los jóvenes, así como disposición para articular iniciativas y planear de manera sistemática los programas, favorece que el trabajo perdure. Tales fueron, precisamente, algunos de los aspectos tratados en las jornadas de trabajo.

Un espacio comunitario

“El asesor está llamado a la creación de los planes pastorales, a acompañar a los líderes, para brindarles herramientas”, explica Omar Javier Jiménez. Delegado de la diócesis de Duitama para la pastoral juvenil y uno de los participantes del curso, Omar afirma que parte fundamental de esta línea diferencial de la acción eclesial consiste en abrir un espacio comunitario. Considera que la Iglesia debe superar la falta de fe en el joven y no dejarlo solo, sino brindarle acompañamiento. Sentirse reconocido en una comunidad y potenciado en sus capacidades fue lo que marcó, años atrás, su propio compromiso con el trabajo pastoral. Hoy en día, la diócesis de Duitama anima la creación de comunidades juveniles. En asocio con la pastoral educativa, promueve, igualmente, convivencias, campamentos, retiros espirituales. Aún más, el año pasado llevó a cabo un congreso que reunió a cerca de 600 jóvenes en el colegio seminario de la región.

También la Arquidiócesis de Barranquilla se ha propuesto impulsar el protagonismo juvenil en el contexto de su trabajo. Para dicho fin hace frente a desafíos como el machismo y las dificultades de acceso al estudio que sufren muchos jóvenes en el Atlántico. El padre Milton Jesús Guerrero participa en la iniciativa. A su parecer, encuentros nacionales como el convocado por el Departamento de Estado Laical, favorecen hablar un mismo lenguaje y fortalecen la unidad.

Un proyecto de vida

Neisy Fernanda Tenorio, animadora de la pastoral juvenil en Tumaco

Hay un reto particular que sigue determinando la vida de miles de personas en el país e interpela, radicalmente, la acción eclesial. Evitar que los jóvenes se incorporen a grupos armados; proponer valores distintos a los de los violentos, se ha convertido en parte esencial de la pastoral juvenil en regiones como Tumaco. Neisy Fernanda Tenorio es una de las animadoras de esta línea de acción en los municipios del Pacífico nariñense. Ha sido testigo de cómo una comunidad puede rebelarse contra las dinámicas de violencia impuestas por unos pocos y cambiar su destino. Vive en el barrio Buenos Aires, un asentamiento en la ciudad puerto, donde la población civil se cansó del poder de las armas, con que hace años se le intimida, y optó por exigir un cambio.

Desde niña ha estado vinculada a comunidades eclesiales. Muy pronto, se destacó como líder y encontró espacios para ponerse al servicio de los demás. En ello descubrió, además, una orientación para su vida. Por eso asegura que entre las contribuciones de una pastoral cercana a la realidad de la gente hay la posibilidad de abrir horizontes y ayudar a descubrir un proyecto de vida.

En una región donde muchos prefieren buscar mejor suerte vinculándose al negocio del narcotráfico, el trabajo entre jóvenes de la Iglesia Católica se empeña en proponer una mentalidad distinta. “Decimos no a la violencia (…) a los atentados, a los crímenes, al reclutamiento forzado”, dice la letra de una canción de rap conciencia, otra de las estrategias con las cuales Neisy Fernanda se ha hecho cercana al mundo de la gente de su generación. Critica a quienes aseguran que los jóvenes están perdidos, pero no hacen nada para encontrarlos.

Una fuerza renovadora

“La juventud de América Latina no puede considerarse en abstracto. Hay diversidad de jóvenes, caracterizados por su situación social o por las experiencias socio-políticas que viven sus respectivos países (…) La Iglesia ve en la juventud una enorme fuerza renovadora, símbolo de la misma Iglesia (…) El servicio a la juventud realizado con humildad debe hacer cambiar en la Iglesia cualquier actitud de desconfianza o de incoherencia hacia los jóvenes”. Apartes como los anteriores, tomados del documento de la asamblea de obispos reunida en Puebla en 1979, fueron objeto de estudio durante el curso. La actividad se propuso también actualizar y poner en relación con los desafíos presentes lo que se ha dicho sobre los jóvenes y sobre la pastoral juvenil en la historia reciente de la Iglesia del continente.

Largas jornadas de trabajo, reuniones grupales y diversidad de procedencias. El primer encuentro de formación para asesores deja abierto el camino para seguir fortaleciendo la capacitación de líderes. Un asunto que cobra actualidad justo cuando la Iglesia universal se ha propuesto hacer de la juventud el centro de atención de un nuevo sínodo.

VNC

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