Editorial

Cuentas auditadas, cuentas fiscalizadas

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EDITORIAL VIDA NUEVA | La izquierda ha propuesto fiscalizar el dinero que mueve la Iglesia, olvidándose de que al no tratarse de un organismo público, el Tribunal de Cuentas no tiene competencias para ello. Aun así, si lo que buscan es conocer a qué destina la Iglesia cada euro que recibe a través de sus diferentes fuentes de financiación, pueden echar mano de las auditorías externas e internas que se realizan.

La apuesta por la transparencia que se viene realizando en los últimos años en todas las instituciones eclesiales, desde la Conferencia Episcopal a las obras educativas, pasando por las fundaciones y las ONG, hace que resulte sencillo, en tanto que juegan en el mismo terreno y con las mismas normas que lo hacen los organismos civiles que realizan su labor en los mismos campos. Se compite en igualdad de condiciones a la hora de solicitar una subvención, acceder a un concierto o presentarse en un concurso público.

De paso, descubrirían cuánto da de sí cada euro destinado al cestillo, cada céntimo que se recibe a través de la declaración de la renta o cada medida que se adopta, con luz y taquígrafos, a través de los Acuerdos Iglesia-Estado.

Publicado en el número 3.020 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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