‘Silencio’: Scorsese habla, ¿Dios calla?

fotograma de la película Silencio de Martin Scorsese

“Un filme de ritmo contemplativo y mirada profunda, pero que no debería renunciar a ser vehículo de entretenimiento”


J. L. CELADA | Ocurrió en el Gólgota, en Getsemaní… Desde entonces, la escena se repite cada vez que alguno de sus hijos se siente “abandonado” por el Padre. Filósofos, teólogos, escritores y hasta cineastas se han preguntado, ayer y hoy, por qué Dios calla cuando más reclamamos su presencia. ¿O es solo una impresión humana? ¿Basta con tener fe para entender que el Señor habla incluso en el silencio?

Silencio. Así se titula, justamente, el último y esperado trabajo de Martin Scorsese, adaptación de la novela homónima de Shûsaku Endô. Un drama histórico que relata el viaje –físico y espiritual– a Japón de dos jesuitas portugueses, durante la segunda mitad del siglo XVII, en busca de otro misionero de su país que terminó apostatando tras ser perseguido y torturado por las autoridades locales.

A lo largo de más de dos horas y media (excesivo metraje para un filme de ritmo contemplativo y mirada profunda, pero que nunca debería renunciar a ser vehículo de entretenimiento), el veterano realizador neoyorquino nos sumerge en el infierno de fuentes termales y paisajes brumosos teñido con la sangre de aquellos mártires cristianos de Extremo Oriente. Porque al rápido florecimiento de la Iglesia que acompañó la llegada de san Francisco Javier un siglo antes le sucederían décadas y décadas de encarnizada represión contra innumerables testigos del Evangelio.

Dos de ellos (Andrew Garfield y Adam Driver) desembarcan en esta tierra hostil con el encargo de localizar a su compañero y maestro (el siempre imponente Liam Neeson), aunque enseguida entenderán que su misión es otra: devolver la dignidad a unas gentes que viven y mueren como bestias bajo la tiranía de aquel régimen feudal, y anunciarles la promesa de que todo su sufrimiento no será en vano.

Mientras, nuestros jóvenes protagonistas compartirán las penalidades de esta comunidad de las catacumbas, donde miedo y plegarias se funden como lágrimas en la lluvia. Y allí, en los confines del mundo, aprenderán que no basta con sentirse útiles. Menos aún, buscar desesperadamente señales tangibles de fe. Dios les pide estar. Por más que su silencio pese como una losa o les parezca pobre la respuesta divina a sus gritos.

Así, entre crisis, traiciones, crueles castigos y un inquisidor que roza la parodia transcurre la nueva película de Scorsese, una travesía oceánica por las procelosas aguas de las creencias, el testimonio y el martirio. También de la redención, una de las constantes en su vasta cinematografía. Empezó a gestar este proyecto hace 30 años, casi por las mismas fechas en que Roland Joffé estrenaba La misión, aquella inolvidable epopeya jesuítica en las Reducciones del Paraguay. Que nadie ose compararlas. De lo contrario, este Silencio pronto será historia.

fotograma de la película Silencio de Martin Scorsese

FICHA TÉCNICA

Título original: Silence

Dirección: Martin Scorsese.

Guión: Jay Cocks y M. Scorsese, sobre la novela de Shûsaku Endô.

Fotografía: Rodrigo Prieto.

Música: Kathryn Kluge, Kim Allen Kluge .

Producción: V. Cecchi Gori, B. De Fina, R. Emmett, D. Lee, G. Pavlovich, M. Scorsese, E. Tillinger, I. Winkler.

Intérpretes: Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Tadanobu Asano, Clarán Hinds, Issei Ogata, Shin’ya Tsukamoto, Yoshi Oida, Yôsuke Kubozuka.

Publicado en el número 3.019 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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