Sencillo adiós al obispo Camprodon

VIDA NUEVA | El pasado 26 de diciembre fallecía en Girona Jaume Camprodon Rovira, quien había pastoreado la diócesis catalana durante 28 años, entre 1973 y 2001, cuando presentó su renuncia al Vaticano por razones de edad.

Nacido en la localidad barcelonesa de Torelló en 1926, acababa de cumplir los 90 años hacía una semana y su estado de salud era delicado desde hacía algún tiempo. Por eso, consciente de lo mucho que la medicina había hecho por su salud, decidió donar su cuerpo a la ciencia, razón por la cual no había ningún ataúd en la misa exequial que se celebró en la catedral de Girona –presidida por el obispo Francesc Pardo– el 29 de diciembre. Junto a esta petición, Camprodon dejó escrito en sus última voluntades que la ceremonia fuese “sencilla” y se evitasen los elogios y alabanzas. Pardo, sin embargo, quiso dejar constancia de sus “convicciones, testimonio y actitud”.

Publicado en el número 3.018 de Vida Nueva. Ver sumario

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