María Brígida González. Comunidad de Paz de San José de Apartadó

 

“Lo que construimos en el corazón no lo destruye nadie”

María Brígida González es una de las líderes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. La comunidad nació hace casi veinte años como una forma de resistencia en medio de la violencia; un esfuerzo por no dejarse involucrar a la fuerza en la guerra. A través de un derecho de petición dirigido a todas las altas cortes, el 19 de enero de 2009, la entidad solicitó que se declarase un estado de cosas inconstitucional en Urabá. Sin embargo, nunca ha habido una respuesta eficaz por parte del gobierno nacional frente los clamores de justicia de la gente. Hoy en día la comunidad denuncia el refortalecimiento del paramilitarismo en la zona y la connivencia de la fuerza pública en esta situación.

¿Qué desafío enfrentan?

El acuerdo en La Habana es el camino que se empieza a abrir para la construcción de la paz, pero no podemos bajar la guardia. La descomposición social que hay a nivel del país es muy grande. Muchos desplazados no han podido entrar a su tierra, porque el paramilitarismo sigue vigente. El Gobierno no ha tomado cartas en el asunto y nosotros somos muy enfáticos en decir que la estructura paramilitar en Urabá hace parte de la estructura estatal.

¿Qué heridas ha dejado el paramilitarismo?

Ha habido una persecución contra la Comunidad de paz de San José de Apartadó. Ya vamos a cumplir 20 años y hemos puesto más de 300 muertos, durante todo este proceso. La masacre del 21 de febrero de 2005 nos marcó. Nos mataron ocho personas, entre ellas a tres niños; un niño de 18 meses, una niña de 6 años y un niño de 11 años.

¿Cómo explica esta situación?

Colombia está en el ojo del huracán: porque todo el país está en el mapa de la explotación minera. En Urabá están sacando muestras para un megaproyecto que está desde el 78. En el pasado, a través de la Unión Patriótica, logramos que se parara eso. Ahora vuelve y sigue caminando. Los paramilitares usurpan tierras, para que queden libres y puedan las multinacionales entrar y explotar las minas. Esa región es muy rica: tiene una mina de carbón inmensísima. Hay también oro, petróleo y coltán. Toda la Serranía de Abibe se comunica con Córdoba, Antioquia y Chocó; es un corredor de los grupos armados.

¿Qué alternativas existen frente a este panorama?

Hay que seguir trabajando duro para que los factores de violencia se vayan disminuyendo. Es la unidad la que puede ayudar para ver un cambio en el país. Construyamos la paz desde nosotros: desde la familia y la comunidad. Lo que construimos en el corazón no lo destruye nadie.

¿Qué le exigen al Estado?

Pedimos una comisión especial de investigación para los crímenes. Segundo, una comisión verificadora frente a por qué no se dan resultados. Tercero, respeto a nuestro territorio y a las zonas humanitarias de la comunidad. Nunca nos vamos a callar. Las voces de más de 300 víctimas que hemos puesto también hablan por nosotros. Somos muy radicales, sí; hemos hecho un rompimiento con el Gobierno por la falta de justicia y por el incumplimiento frente a las investigaciones de todos los crímenes que se han cometido a nivel de todo este proceso en la comunidad.

DICTO SENTENCIA

  • “La memoria hay que tenerla sin odio y sin venganza, porque la venganza y el odio son lo que está acabando con este país”.
  • “El acompañamiento internacional nos ha dado esa fuerza de poder comunicar a nivel internacional lo que pasa en nuestra comunidad y en todo el país. No hablamos solo de la comunidad; cualquier rinconcito de Colombia nos duele; por eso hablamos de ella”.

Miguel Estupiñán

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