Celebrado el encuentro de jóvenes religiosos de CONFER 2016

niña con religiosos jóvenes en una misa en la Cañada Real Madrid durante el encuentro de religiosos jóvenes de CONFER diciembre 2016

Unos 70 consagrados “misericordian” y se embarran en la Cañada Real (Madrid)

niña con religiosos jóvenes en una misa en la Cañada Real Madrid durante el encuentro de religiosos jóvenes de CONFER diciembre 2016

Una de las niñas que participó en la eucaristía con los religiosos en la Cañada Real

SILVIA ROZAS, Hija de Jesús | No sé si jóvenes, pero sí entusiasmados, conmovidos, pisando tierra y con mucha vida. Así participamos más de 70 consagrados en el encuentro de jóvenes religiosos que la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) organizó en Madrid los pasados días 3 y 4 de diciembre. Se trataba de clausurar juntos el Año de la Misericordia rompiendo los temas constantes de la vida religiosa para situarnos en la raíz de nuestro compromiso: Jesús. Y para ello, escuchar y escucharnos, compartir y pisar el barro en la Cañada Real.

Si la pasión de Jesús es la misericordia: ¿Cuál es la mía? José Luis Segovia, vicario de Pastoral Social de la Archidiócesis de Madrid, nos ayudó a reflexionar sobre la misericordia que Dios tiene con nosotros. Y para ello, la nueva conjugación verbal a la que nos invita el papa Francisco que siempre nos sorprende con palabras que se hacen nuevas: dejarnos misericordiar por Dios, misericordia con nosotros y misericordia volcada hacia fuera.

Todo un año intentando pasar por el corazón y hacer vida este mirar con amor las miserias… pero solo se puede comprender pisando el barro. Y CONFER nos invitó a escuchar el clamor de la tierra rota y sufriente desde la Cañada Real, dando voz a Agustín Rodríguez Teso, párroco de Santo Domingo de la Calzada y de San Fermín. No hay palabras. Ni siquiera se puede expresar porque lo importante es la vivencia interior. De nada valen los discursos si no pisamos este barro, si no abrimos los ojos y si no dejamos a Dios que sea Dios. ¿Y qué hacen unas personas como estas en un barrio como este? Anunciar el evangelio de manera que tenga que ver con la realidad propia. Para el padre Agustín hay tres modos de anuncio: el modelo de puerta hermosa, el modelo de Emaús y el pozo de la Samaritana.

Su lucidez y capacidad de comunicación nos mantuvo asombrados más de dos horas hilando la vida del profeta Oseas con la nuestra: ¿Quiénes son mis dioses? La imagen, el poder, los resultados inmediatos, la eficacia, el confort… Por eso, nos invitó a “no acceder al otro desde la arrogancia ni desde las condescendencias” porque “la vocación más íntima que reconocemos que tenemos es la de la fraternidad. O salimos juntos o no salimos”. Porque no se trata de llegar a la Cañada Real para optar por los pobres. No, no, no. Eso nos situaría desde arriba. Se trata de embarrarse y de ayudarnos mutuamente con nuestras manos manchadas. Aquí resonaban diferentes las palabras del día anterior: misericordiar, sí, desde abajo, desde dentro, embarrándonos.

El grupo de laicos, de sacerdotes y de religiosas de esta parroquia son ministros de comunión que tienden la mano, se olvidan de las quejas e intentan centrarse en Jesús.

La Eucaristía celebrada en la parroquia de la Cañada Real adquiere una realidad tan profunda y significativa que la mesa del pan se convierte automáticamente en la Mesa de la Vida, de Su Vida, la de Jesús que se partió y se compartió.

Publicado en el número 3.015 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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