Seminaristas integrados en el mundo

varios seminaristas jóvenes en clase con un teléfono móvil

‘Vida Nueva’ adelanta las claves de la reforma vaticana de la formación en los seminarios

varios seminaristas jóvenes en clase con un teléfono móvil

DARÍO MENOR (ROMA) | La Santa Sede ya tiene listo el marco en el que se desarrollará a partir de ahora la formación de los sacerdotes. Está previsto que en breve se publique Ratio fundamentalis, el documento guía que marca el devenir de los seminarios durante las próximas décadas y que señala un nuevo hito dentro del pontificado de Francisco. De hecho, el espíritu del texto recoge la impronta del Bergoglio formador, preocupado por los futuros jesuitas que le encomendaban cuando estaba en el Colegio Máximo de San Miguel (Argentina).

Uno de los pilares de esta reforma, según ha podido saber Vida Nueva, pasa por dotar a los seminaristas de recursos vivenciales para que estén firmemente integrados en el mundo y en la sociedad en la que se mueven: han de verse como servidores del prójimo, y no entender la parroquia como un centro de culto ajeno al entorno. La reforma plantea, por ello, un itinerario que va más allá de lo académico para apostar por una formación integral, que abarque las dimensiones humana, comunitaria, espiritual, intelectual y pastoral.

“Ya casi no llegan muchachos desde los seminarios menores. El porcentaje es muy pequeño. La mayoría de los seminaristas son jóvenes más maduros que han tenido experiencias vitales anteriores”, cuenta Concetto Occhipinti, rector del Pontificio Seminario Romano, que, con sus 60 residentes, es uno de los mayores de la Ciudad Eterna. Son personas con un mayor bagaje a sus espaldas que en el pasado, lo que tiene efectos positivos y negativos.

“Las llamadas vocaciones tardías tienen la ventaja de que son más maduras, pero también conllevan experiencias morales que a veces resultan difíciles y exigen un proceso de conversión”, opina, por su parte, Eduardo Baura, director del Centro de Formación Sacerdotal en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

La actualización preparada por la Santa Sede tiene en cuenta el escenario desde el que llegan los jóvenes hoy al seminario. “Es evidente que se necesitaba un nuevo documento. La cultura ha cambiado y con ella los desafíos a los que nos enfrentamos”, dice Occhipinti. Pone un ejemplo muy gráfico: hasta hace unos años, a la hora de dormir se apagaba la luz y se hacía el silencio. Ahora los seminaristas pueden seguir conectados al mundo a través de sus teléfonos móviles.

“La Pastores Dabo Vobis es un documento valioso y ha permitido amplios márgenes de actuación, pero está claro que las circunstancias han cambiado casi 25 años después de su publicación”, afirma Afrodisio Hernández, director espiritual en el seminario diocesano de Coria-Cáceres. (…)

En su análisis de los retos que plantea la sociedad actual a los seminarios, un buen conocedor de la Ratio fundamentalis presenta algunos hitos que deberían cumplirse.

El primero es la necesidad de que haya una primacía del encuentro con Dios a través de la oración, tanto individual como comunitaria.

Subraya luego lo imperioso que resulta que el acompañamiento sea de calidad, pues los aspirantes precisan de un formador que se dedique verdaderamente a ellos, y reconoce que en ocasiones se ha actuado con un cierto abandono.

Otros aspectos significativos son la conexión con la realidad social, para evitar así las “islas” en que jamás debe convertirse un sacerdote o un religioso, como dice el Papa…

… o el valor de la vida comunitaria, para que sea verdaderamente rica y fraterna. A este respecto, es posible que llegue, con el nuevo documento, un llamamiento a favor de los seminarios interdiocesanos en aquellos lugares donde hay escasez de vocaciones. (…)

Publicado en el número 3.014 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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