Jorge Carlos Patrón Wong: "La 'Ratio' será una guía de unidad para adaptarse a cada país"

Entrevista con el responsable de Seminarios de la Congregación vaticana para el Clero

Jorge Carlos Patrón Wong, secretario de la Congregación para el Clero para los Seminarios

DARÍO MENOR (ROMA) | Si hay alguien detrás de la nueva Ratio fundamentalis, el documento que actualiza la formación en los seminarios, es el arzobispo mexicano Jorge Carlos Patrón Wong, desde 2013 secretario de la Congregación para el Clero encargado de los Seminarios.

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“La formación de hoy exige, y así se está haciendo en muchos seminarios, una formación integral que abarque todas las dimensiones de la persona: humana, espiritual, apostólica e intelectual“, explica Patrón Wong. Sobre la educación afectiva, considera: “El mundo afectivo está incluido en la dimensión humana y en la vida espiritual. Son dos elementos que se tienen que integrar. El mundo humano y espiritual está lleno de afectos”, asegura sobre las novedades en la formación para vivir de forma sana la dimensión emocional y evitar cortocircuitos que puedan derivar en episodios de abusos.

“La humanidad y el espíritu de la persona están llenos de buenos afectos, de afectos que son humanos y cristianos, que después se pueden discernir y desarrollar un corazón de buen pastor. Aquí el elemento de gradualidad es muy importante. Cada futuro sacerdote ha de vivir humana y cristianamente el mundo afectivo, como pastores para el pueblo de Dios”, añade.

Patrón Wong opina que el énfasis de la nueva Ratio está en “el acompañamiento y en el discernimiento vocacional. Lo más importante es acompañar a los jóvenes para descubrir a qué vocación específica cristiana están llamados por Dios”.

Preguntado por si el papa Francisco ha pedido, en la redacción del nuevo documento, una mayor claridad en la cuestión de la identidad, el arzobispo responde: “El Papa nos ha pedido que tomemos todas las experiencias positivas, y están plasmadas en la nueva Ratio. Esa es su belleza: expresa la acción del Espíritu Santo en la realidad concreta de la formación sacerdotal, colocando así este documento como un testimonio, una herencia y también como una guía de unidad. Esto nos va a permitir, teniendo esta unidad de principios, de guías, poder adaptarse a cada país de acuerdo a las necesidades concretas”.

Publicado en el número 3.014 de Vida Nueva. Ver sumario