Francisco quiere que el Sínodo esté menos burocratizado

papa Francisco en un encuentro con miles de jóvenes comprometidos en el Servicio Social Italiano, en el Aula Pablo VI 29 noviembre 2016

Ya están listos los cuestionarios para la cita de 2018 sobre el discernimiento vocacional de los jóvenes

papa Francisco en un encuentro con miles de jóvenes comprometidos en el Servicio Social Italiano, en el Aula Pablo VI 29 noviembre 2016

El Papa preside un encuentro con miles de jóvenes del Servicio Social Italiano en el Aula Pablo VI

ANTONIO PELAYO (ROMA) | La agenda papal hacía saber que, los días 21 y 22 de noviembre, Francisco no realizaría “ninguna actividad pública”. Surgieron inmediatamente las interpretaciones más variadas: necesidad de descanso tras el consistorio y la clausura del Año Santo, un pasajero malestar, alguna salida de Roma fuera de programa… Las dudas se disiparon rápidamente, puesto que a primeras horas del 21 se vio entrar al Ford Focus papal en el Palazzo Bramante, donde están las oficinas del Sínodo de los Obispos.

El miércoles 23, la Sala de Prensa de la Santa Sede confirmaba que el Papa había presidido la segunda reunión del Consejo llamado a preparar la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo, que se celebrará en 2018 para abordar el tema Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Además de los miembros del Consejo, asistieron el cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada; el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación del Clero; y el neocardenal Kevin Farrell, prefecto del dicasterio para Laicos, Familia y Vida.

A todos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo, les presentó el documento preparatorio de la asamblea sinodal. Este incluye un cuestionario destinado a las conferencias episcopales, a los sínodos de la Iglesias católicas orientales y a los distintos organismos de la Curia para que lo distribuyan a las diócesis y parroquias del mundo entero. Después de un atento examen (realizado en circuli minores), el documento con el cuestionario fue aprobado por unanimidad. Ahora se procederá a su distribución, una vez traducido.

Otro asunto tratado ha sido la revisión de las normas que rigen el funcionamiento del Sínodo, que Bergoglio quiere modificar para agilizarlo, y sobre el que no se ha dado información. Lo que sí se sabe es que, con este Sínodo, el Papa quiere interpelar a la Iglesia sobre la pastoral juvenil; se trata, como se dijo cuando fue anunciada la asamblea, “de acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la madurez, para que, a través de un proceso de discernimiento, puedan descubrir su proyecto de vida y realizarlo con alegría, abriéndose al encuentro con Dios y con los hombres”. El resultado positivo de la JMJ de Cracovia ha demostrado que este es un objetivo perfectamente alcanzable.

Posible viaje a Irlanda en 2018

Cambiando de tema, si bien el Papa suele recibir a mandatarios de todo el mundo habitualmente, estos días ha habido dos audiencias de especial importancia. Una, el lunes 28, al primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, tras la que se ha dado por hecho (sin confirmación oficial) que el Papa visitará su país en agosto de 2018 para participar en el Encuentro Mundial de las Familias de Dublín.

papa Francisco recibe en el Vaticano al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang 23 noviembre 2016

Francisco recibió en audiencia privada al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang

Buenas relaciones con Vietnam

Sin embargo, la del miércoles 23, resultó aún más significativa. Y es que Francisco recibió al presidente de la República socialista de Vietnam, Tran Dai Quang. El Pontífice y el presidente conversaron en privado durante 15 minutos y, después, prolongaron el encuentro con la presentación del séquito presidencial (del que formaba parte el primer secretario del Partido Comunista Vietnamita) y la mutua entrega de regalos. Al despedirse, el Papa le dijo a su interlocutor: “Veo que estamos de acuerdo en nuestros proyectos y en nuestro trabajo”, a lo que el huésped respondió: “Agradezco a Su Excelencia este encuentro”.

Tran Dai Quang mantuvo, a continuación, otro cordial coloquio con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, acompañado del secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher. Según la escueta nota vaticana, “se evidenciaron las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Vietnam, sostenidas por un común espíritu de diálogo y de constante búsqueda de los instrumentos más idóneos para que puedan ulteriormente progresar. Asimismo, se puso de relieve la colaboración entre la Iglesia y el Estado en diversos ámbitos de la vida local”.

El comunicado (voluntariamente más parco de lo habitual) solo alude, y de forma oblicua, al posible establecimiento de relaciones diplomáticas, sin entrar en detalles ni adelantar previsiones de fechas. Es un tema del que se viene hablando desde que se creó, en 2009, una comisión bilateral para avanzar en este tema; Parolin, entonces secretario para las Relaciones con los Estados, ha trabajado muy intensamente en este asunto y conoce al dedillo las últimas dificultades que obstaculizan ese paso.

Vietnam –con China, Arabia Saudí y otras naciones de mucha menor importancia– es uno de los pocos países que no mantienen relaciones con el Vaticano; sin embargo, el Gobierno de Hanoi ha permitido a la Santa Sede que un diplomático suyo, Leopoldo Girelli, nuncio en Singapur, pueda visitar el país como “representante pontificio no residente”.

Audiencia a la 88ª Asamblea General de la USG

Por otro lado, que el Papa jesuita reserve una atención especial a los religiosos no debería extrañar a nadie. El viernes 25 recibió en el Aula Pablo VI a los participantes en la 88ª Asamblea General de la USG (Unión de Superiores Generales). Una audiencia que se transformó en un diálogo que duró… tres horas, nada menos. Francisco contestó a muchas preguntas, pero especialmente significativa fue la respuesta que dio sobre los abusos financieros. “Si la Iglesia –dijo– no trabaja con los pobres, no es Iglesia. Y esto no es pauperismo. La Iglesia debe ser pobre con los pobres”.

A quien le preguntó que de dónde provenía su serenidad, le respondió que, “desde que me eligieron Pontífice, he encontrado una paz profunda que desde entonces no me ha abandonado nunca. Es muy distinto de lo que me pasaba en Buenos Aires, donde era más ansioso. Los problemas no faltan, pero yo los meto en la oración y esto me proporciona una gran paz”.

En un mensaje enviado a los participantes en un simposio sobre el tema En la fidelidad al carisma, repensar la economía, les amonestó: “¡Dios nos libre del espíritu del funcionalismo y de caer en la trampa de la avaricia! Debemos educarnos para una austeridad responsable. No basta haber hecho la profesión religiosa para ser pobres. No basta atrincherarse detrás de la afirmación de que no poseo nada porque soy religioso si mi instituto me permite gestionar y gozar de todos los bienes que deseo y de controlar las fundaciones civiles erigidas para mantener las propias obras, evitando así el control de la Iglesia. La hipocresía de los consagrados que viven como ricos hiere la conciencia de los fieles y daña a la Iglesia”.

Publicado en el número 3.014 de Vida Nueva. Ver sumario

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