CHILE – Nuevo estilo

En su reciente asamblea plenaria el Episcopado eligió a las nuevas autoridades y se manifestó abierto al diálogo

 Es una preocupación constante de los obispos chilenos el clima de agitación social que vive su país. Y lo volvieron a manifestar, pero esta vez en el mensaje final de la 112° Asamblea Plenaria del Episcopado, y con palabras claras: “Hemos visto un creciente malestar en sectores de la sociedad que se ha manifestado en movimientos sociales que buscan promover iniciativas, defender derechos y exigir mayores estándares de calidad cívica a los líderes de todos los ámbitos de la nación”.

 

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En declaraciones anteriores, los obispos señalaron aspectos específicos relevantes para la paz social como el conflicto en La Araucanía, los debates por la educación y por la despenalización del aborto en tres causales, el cuestionamiento a la ética pública y a la decepción que diversos casos judiciales han originado respecto de instituciones y líderes, y la crisis de confianza en las instituciones y autoridades. Esta vez, enfatizaron sobre la urgencia por los más vulnerables, las demandas en salud y previsión, y su preocupación por una educación humanizadora. Además hicieron ver el rol que deberían asumir al expresar que “las instituciones del país, políticas, sociales y religiosas, tenemos un papel relevante a la hora de reconocer, acoger y discernir el legítimo malestar que expresan diversos sectores de la sociedad hacia los liderazgos a todo nivel”.

 

Nuevos directivos

En esta oportunidad correspondía elegir tres cargos del Comité Permanente, ya que el Secretario General concluye su período el próximo año y el arzobispo de Santiago pertenece por derecho propio. Integrada por 32 obispos en ejercicio en las 27 jurisdicciones, esta asamblea sorprendió al elegir como presidente al obispo castrense, Santiago Silva Retamales. Silva, de 61 años, fue rector del Seminario Pontificio de Valparaíso, su diócesis de origen. En 2002 fue nombrado obispo auxiliar, más tarde fue elegido secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile para el período 2008 a 2011, año en que asumió el mismo cargo en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) hasta 2015. Al regresar a Chile fue designado obispo castrense.

Otra sorpresa fue el cambio en la secretaría general que pasó a ocupar el obispo auxiliar de Santiago, Fernando Ramos, ya que su antecesor, Cristián Contreras Villarroel, fue elegido vicepresidente. Además del cardenal Ricardo Ezzati que integra el Comité Permanente por ser arzobispo de Santiago, fue elegido Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo.

En los cinco días de asamblea, los obispos evaluaron los frutos del año santo jubilar de la Misericordia, continuaron desarrollando sus propuestas pastorales para los presbíteros, prepararon su visita ad límina para comienzos del próximo año y comentaron la realidad del país que luego reflejaron en su mensaje final.

 

Diálogo con laicos de Osorno

Al lugar de la asamblea llegó un grupo de laicos y laicas de la diócesis de Osorno a expresar su protesta por la permanencia del obispo Juan Barros Madrid. Días antes les habían enviado el documento A los obispos de Chile reunidos en Asamblea Plenaria, 2016, en el que, después de exponer sus argumentos y experiencia en esta ya larga marcha, les piden: “les solicitamos humildemente su sabia intervención para buscar una sana solución a esta escandalosa y lamentable situación que vivimos, se percibe que nuestra Iglesia local se cae a pedazos; ‘misericordia para Osorno’”. En una reacción inédita esos laicos fueron recibidos por tres obispos, liderados por Alejandro Goic, obispo de Rancagua, quien fuera obispo de Osorno hasta hace 12 años. El diálogo de casi dos horas es un signo esperanzador de un nuevo estilo pastoral, más dialogante y directo.

 

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El diario La Tercera entrevistó al flamante presidente de la CECh y le consultó si revisará la situación de Osorno, a lo que Silva respondió que “en lo personal, deseo que el diálogo pueda continuar. Hay algunos presupuestos que son imprescindibles cuando se trata de la Iglesia católica. El nombramiento de los obispos es facultad exclusiva del Papa. Llevar adelante un diálogo sólo para exigir que el pastor de una diócesis salga de ella no es factible. Con el grupo opositor a monseñor Barros compartimos una misma fe. Si logramos purificar intenciones y dejar conductas y estrategias que hacen mal a la comunidad, podemos hallar puntos de acuerdo”.

En esa misma entrevista también se le pidió definir el eje de su gestión: “Hay algunos imprescindibles. Basta tener una cierta sensibilidad ante la realidad política, económica y social para entender que necesitamos con urgencia un diálogo permanente y maduro (…) El esfuerzo por reconstituir redes de entendimiento y hacernos ‘socios’ para contribuir a formar una ‘sociedad’ inclusiva y de atención preferente a los pobres”, afirmó. Respecto a la Iglesia, expresó: “un eje es recuperar la centralidad de nuestras Orientaciones Pastorales 2014-2020, que vienen a ser la ‘carta programática’ del anuncio del Evangelio en el Chile de hoy. Junto con ello, no podemos perder el anhelo permanente de relacionar la fe con la cultura y esta con la fe. La fe enriquece las culturas y ellas ofrecen lenguajes para el anuncio de fe”.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

 

 

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