Felipe VI en la CEE: el discurso soñado por los obispos

reyes Felipe y Letizia visitan la sede de la Conferencia Episcopal Española CEE 22 noviembre 2016

El Rey aplaude la “vocación de servicio y ayuda” de la Iglesia a España y su defensa de la libertad religiosa

reyes Felipe y Letizia visitan la sede de la Conferencia Episcopal Española CEE 22 noviembre 2016

Los obispos aplauden la intervención del Rey en presencia de la reina Letizia y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría

EDITORIAL: Respaldo real a la libertad religiosa

JOSÉ LORENZO | Podía haberse conformado con pronunciar un mero discurso protocolario, de esos con los que se agasaja a tantas beneméritas instituciones que festejan un aniversario redondo. Pero la alocución que el rey Felipe VI pronunció el 22 de noviembre ante la Plenaria del Episcopado con motivo del 50º aniversario de la creación de la Conferencia Episcopal Española (CEE) sorprendió por su “calado y calidez” a los propios prelados.

Invitado por el presidente Ricardo Blázquez en julio del año pasado, la incertidumbre política vivida en el último año hizo que la primera visita del monarca a la sede del órgano colegial de la Iglesia en España no acabase de concretarse hasta última hora. Según han confirmado fuentes episcopales a Vida Nueva, desde la Casa Real “había mucho interés en venir a Añastro, hubiese Gobierno o no”.

En todo caso, un extraño secretismo rodeó la confirmación final de la visita. Había miedo a las críticas de la “nueva política” cuestionando la aconfesionalidad del Jefe del Estado en un momento en el que el país estaba “en funciones”. Y una actitud más formalmente equidistante frente a la Iglesia que la de su padre, Juan Carlos I –tal y como se contiene en el artículo 16 de la Constitución, y que se manifestó en que su reinado no se inició con una misa de coronación (aunque días después sí hubo una ceremonia religiosa en la capilla de La Zarzuela)–, abonaba el suspense.

Sin embargo, la naturalidad con la que en todo momento se manejó el Rey desde que entró –saludando hasta al portero de la Casa de la Iglesia– y las respetuosas inclinaciones que hizo ante los cardenales que le recibieron en la puerta evidenciaban una cercanía y respeto más allá de las convenciones. Por otro lado, su petición explícita –según ha podido saber esta revista– de visitar en primer lugar la capilla de la Sucesión Apostólica fue acogida con agrado entre los obispos.

Un agrado que iría in crescendo a medida que Felipe VI, ya en la sala de la Plenaria, ante más de 80 obispos, y con la vicepresidente del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, como testigo de excepción, iría desgranado “la vocación de servicio y ayuda” al país de “nuestra Conferencia Episcopal” a lo largo de sus cincuenta años.

En este tiempo, en que España pasó de ser “un Estado confesionalmente católico a declarar constitucionalmente su aconfesionalidad”, la Conferencia Episcopal “ha acompañado la vida de nuestro país” y su trabajo no se ha circunscrito “al ámbito de las relaciones institucionales con el Estado”, señaló el Rey. “Su actividad –reconoció– ha trascendido la pastoral y hoy hemos de reconocer el gran impacto que en nuestra sociedad tiene su actividad caritativa y asistencial”.

Para Felipe VI, “la vocación de servicio y ayuda a la sociedad española” de la CEE “ha sido una constante a lo largo del tiempo”. “Pero –añadió– es en los momentos de crisis cuando dicha presencia se ha hecho más visible. Estos últimos años, nuestro país, en un contexto de crisis económica mundial, ha sufrido grandes dificultades y la Iglesia católica, mediante el trabajo y la coordinación de la Conferencia Episcopal y sus Comisiones Episcopales, ha aumentado en más de un 70% los centros sociales o asistenciales donde se hace presente una actividad asistencial que también ha aumentado en más de un 15%”.

Aunque citó a Cáritas y Manos Unidas, reconoció el monarca la labor de “todas las organizaciones eclesiales de acción social y caritativa que han conseguido que más de cuatro millones de personas que residen en nuestro país y fuera de nuestras fronteras hayan podido beneficiarse de su labor y de los proyectos que desarrollan”.

Por toda esta tarea, leyó, “los españoles debemos reconocer y agradecer a la Iglesia la intensa labor asistencial que desarrolla, el ejercicio de solidaridad que realiza y proyecta, y que contribuye también a la cohesión de una sociedad que, más allá de las creencias de individuos o grupos, ha de tender a vivir en paz procurando eliminar aquellas desigualades que generan exclusión”.

Pero no solo mereció elogios la labor solidaria de la Iglesia, sino también la defensa que la CEE ha hecho de “su independencia del poder civil y el derecho a la libertad religiosa”. Desde el diálogo con los poderes públicos –añadió–, “ha cumplido con el principio de cooperación reconocido constitucionalmente”. Un principio que “se convirtió en piedra angular” de estas relaciones, las cuales, señaló en un guiño no se sabe aún de qué calado, están “recogidas en los Acuerdos con la Santa Sede”.

Por su parte, en su saludo, Blázquez reivindicó “la colaboración relevante” que la CEE, en consonancia con el Vaticano II, jugó en sus primeros años de historia, que coincidieron con los últimos “del Régimen anterior”, y reiteró una afirmación que es una constante en sus discursos: “Nos sentimos reconocidos en el marco de nuestra Constitución”.

Un rey que prepara el Adviento y conmueve a los prelados

El discurso del Rey, lleno de gratitud y reconocimiento, había ya calado hondo en el ánimo de los obispos, pero un párrafo que Felipe VI había escrito a mano, y que reservó justo para el final, les “conmovió”, como señaló un arzobispo a Vida Nueva.

Mirándolos de frente, y con una sonrisa, el Rey mostró su lado más espiritual, el del creyente que también es, cuando les dijo: “Les agradezco mucho la acogida de hoy y, ante la proximidad de la llegada del primer Domingo de Adviento, permítanme que les deseemos –nos deseemos todos– una buena preparación espiritual para la llegada de la Navidad”.

“Ha estado muy simpático, nos ha invitado a celebrar el Adviento. Y eso es invitar a la esperanza para todos. Que no nos viene mal cultivarla en estos tiempos, ¿verdad?”, dijo un exultante cardenal Blázquez a los periodistas una vez que los Reyes abandonaron la sede de la CEE. “Ha sido un tono al mismo tiempo de respeto y de altura y con toques de carácter cordial y familiar. Nos hemos sentido muy a gusto, y, por lo que he podido percibir, tanto los Reyes como la vicepresidenta del Gobierno también se han sentido así. Para nosotros es una satisfacción. Y les terminé diciendo: ‘Ya saben el camino para venir aquí. Los esperamos más veces’”.

“Ha habido un atmósfera de gran concordia, mucho entendimiento y mucha alegría”, reconoció a Vida Nueva Vicente Jiménez. Para el arzobispo de Zaragoza, “no ha sido un discurso frío y medido, sino muy cálido, donde en cada palabra estaba puesto también el corazón y la cercanía”.

Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo, apuntó por su parte que el hecho de que “el Rey de España se haya entretenido, entre comillas, en detenerse en la aportación que la Iglesia hace a la sociedad, significa que está bien informado y resulta enormemente gratificante”. Y “no ha sido para los obispos (y lo hemos comentado) una piadosa coda final su felicitación del Adviento y la Navidad. En ese ‘felicitarnos’ (el nos tiene un valor enorme para nosotros), se reconoce como cristiano y católico practicante”.

“Un discurso muy apropiado para la circunstancia, y me sorprendió el detalle, muy personal, de la referencia al Adviento. Me hizo sentir en un ambiente no formal, y eso es muy de agradecer”, apuntó por su parte Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, quien participaba esos días como invitado en las sesiones de la Asamblea Plenaria.

“Ha sido un discurso espléndido, en donde ha demostrado su conocimiento de la labor de la Iglesia. Y me ha alegrado que haya aludido al tema de la libertad religiosa, amparada constitucionalmente”, destacó a Vida Nueva el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio.

Publicado en el número 3.013 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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