José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Miro al arzobispo de Homs


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JUEVES 10. Mira la realidad como si lo hiciera tras un objetivo y con una claqueta en mano. Así describe la marcha de Benedicto XVI del Vaticano tras su renuncia. Inevitable borrar del imaginario el helicóptero sobrevolando la cúpula de San Pedro. Las lágrimas de Georg. La penumbra en el pasillo de Castelgandolfo. Quien pensó en aquel relato audiovisual hoy lo cuenta en primera persona al presentar su libro: Fidelidad es cambio. Es Dario Viganò, aquel a quien Francisco le ha encargado escribir un nuevo guión para la comunicación vaticana. Otra no casualidad, escoger para contarle al mundo lo que ocurre en los muros vaticanos a alguien que se sabe manejar lo mismo en plano zenital que en el corto.

VIERNES 11. De vez en cuando, echo media mano en el mercadillo de la Fundación Aladina, creada por Paco Arango para acompañar a los niños enfermos. Hemos conversado en muchas ocasiones. Incluso le he entrevistado. Pero nunca le había escuchado hablar de su fe. Hasta que le veo frente a mí, presentando Lo que de verdad importa en la XIII Semana de Cine Espiritual. Se confiesa. Con la moraleja de su película. “Cuando alguien que no cree se enfada con Dios, es el inicio de algo bueno. Ahí ha arrancado un diálogo”.

SÁBADO 12. Diálogo ecuménico en el Congreso Católicos y Vida Pública. Eric Halverson se presenta así: “Yo vivo el ecumenismo en familia. Mis padres son evangélicos, hace diez años que soy ortodoxo y mi mujer es del Opus Dei”. En ese salón no hay debate teológico, sino mesa de encuentro. El credo une.

DOMINGO 13. Echarle la culpa al otro. Empiezo a pensar que va en la condición humana. Sobre todo cuando tu madre te invita –eufemismo– a limpiar las ventanas del salón y acabas rompiendo la corredera. De inmediato uno distingue entre autor material y autor intelectual. Y presenta al primero como víctima del otro. En milésimas de segundo, uno juzga y condena a quien más quiere. Solucionado el entuerto, toca limpiar. Ahora, más a fondo.

MARTES 15. Miro al arzobispo de Homs. Asustan sus reflexiones, no por nuevas. “El Estado Islámico no tiene límite. Ataca donde quiere y cuando quiere”. Advertencia. Que no le frena en su confianza en el hombre. “Musulmanes y cristianos no viven en guerra en Siria”. Con la que tiene encima… Y sonríe. Solo hay una explicación. Evangelii gaudium. [EDITORIAL: Garantizar la libertad religiosa para lograr la paz]

jose.beltran@ppc-editorial.com

Publicado en el número 3.012 de Vida Nueva. Ver sumario