Darío Viganò: “Es legítimo que la Iglesia tenga una televisión”

Dario Viganò, prefecto de la Secretaría de Comunicación de la Santa Sede, en España para presentar su libro Fidelidad es cambio

Gil Tamayo, secretario general de la CEE, defiende que con 13TV “no queremos perder dinero, pero sí influir”

Dario Viganò, prefecto de la Secretaría de Comunicación de la Santa Sede, en España para presentar su libro Fidelidad es cambio

Viganò, en la presentación de su libro en Madrid

JOSÉ BELTRÁN | Por primera vez, el prefecto de la recién creada Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede se ponía frente a los medios españoles. Lo hacía para presentar su libro Fidelidad es cambio (Romana editorial), durante un desayuno informativo en Madrid, en el que Dario Viganò expuso que la reforma comunicativa de la Santa Sede tendrá su portal único multimedia antes de Semana Santa. Como “gerente” multimedia vaticano, expresó su opinión sobre unos supuestos “70 millones de euros de pérdidas de 13TV” sobre los que fue preguntado.

Sin entrar a juzgar la cifra, aclaró que “en términos absolutos puede parecer mucho, pero desde el presupuesto que se maneja en televisión, no es una cifra estratosférica”. Desde ahí, Viganò expuso que “es legítimo que la Iglesia pueda tener una televisión. Que la Iglesia tenga sus propios medios es uno de los principios de libertad en el seno de la democracia”. Eso sí, añadió la necesidad de que estos medios “no sean enemigos de nadie”. Así, dejó abierto que “la cuestión para la Iglesia española es comprobar si es una prioridad contar con una televisión. Cada uno debe velar por sus inversiones”.

Tras el prefecto, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, fue requerido al respecto y matizó la pregunta de origen: “Que haya 70 millones de pérdidas es falso. Solo hay una inversión que busca la viabilidad de 13TV”. “A través de los medios –continuó– no buscamos privilegios, sino concurrir en igualdad para comunicar nuestra dimensión evangelizadora. Con los medios, se busca ganar dinero o influir. Nosotros no queremos perder dinero, pero sí influir”.

Giro en los contenidos

De esta manera, Gil Tamayo despejaba dudas sobre la viabilidad y pertinencia de un canal que tiene a la CEE como principal accionista (79,01%). Lo cierto es que, si bien las cuentas siguen en números rojos desde que el proyecto nació en 2010, el escenario ha cambiado. Por un lado, en 2015 el Gobierno concedió una licencia TDT, permitiendo ahorrar al año los 2,4 millones en concepto de alquiler del canal a Unidad Editorial. Según especialistas, esta licencia ha permitido que “el valor de mercado sea mayor que toda la inversión realizada hasta ahora”.

Por otro lado, en las dos últimas temporadas se ha dado un giro en contenidos, tal y como demandan algunos obispos en la Plenaria. Por un lado, rebajando el tono y dando más pluralidad en debates políticos e informativos, con la apuesta en un caso de Nieves Herrero y, en el otro, del fichaje de Alfredo Urdaci. Además, a la parrilla se ha sumado el programa semanal de información religiosa Periferias así como En Ruta (documentales de investigación social).

Este cambio se ha producido sin que se haya resentido una audiencia que ya supera en algunos casos el 3,6%. Ahí entra otro hándicap. El 90% del mercado publicitario lo copan Antena 3 y Telecinco, que representan el 40% de la audiencia, de tal manera que el resto de canales sobreviven con un 10% de estos ingresos, algo que repercute directamente en las cuentas de la televisión eclesial.

“Si 13TV recibiera lo que le correspondería de la tarta publicitaria según la audiencia, sería rentable, daría beneficios”, comentan fuentes del canal, confirmando así la tesis de Viganò. “Hacer funcionar una televisión requiere una gran inversión y el equipo de 13TV hace milagros con los medios que tiene. Su presupuesto anual no llegaría ni para cubrir una semana de gastos de Telecinco”, apunta otra fuente. “Los obispos tienen que buscar nuevos modelos de financiación para impulsar la televisión. Si siguen en este proyecto, hay que invertir”, añade.

Publicado en el número 3.012 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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