Caín, ¿dónde está tu hermana?

Antonina Wozna, Asociación de Teólogas Españolas

Antonina Wozna, Asociación de Teólogas Españolas ANTONINA WOZNA | Asociación de Teólogas Españolas

Reflexionar sobre Dios y la violencia contra las mujeres (subtítulo de las XIV Jornadas de la Asociación de Teólogas Españolas, celebradas el 12 y el 13 de noviembre pasado en Madrid) plantea un reto lingüístico nuclear al elegir entre los complementos: “de género”, “contra las mujeres”, “machista”, “doméstica”, respecto al concepto “violencia”.

Este reto apunta a la dificultad de hablar sobre la cuestión. ¡Cuánto más complicado es tratar esta problemática “objetivamente” y desde una metodología científica tradicional que a menudo neutraliza y generaliza las experiencias de las personas sometidas a la violencia a distintos niveles: simbólico, espiritual, verbal, físico, laboral, pastoral!

El esfuerzo por soñar y engendrar un mundo libre de la dominación y la violencia se refleja en múltiples facetas presentadas en las Jornadas: legal, social, política, jurídica, mediática y de reinterpretación de los textos fundantes de la cultura patriarcal, que, por un lado, configuran el imaginario social, pero por otro lado, entrañan potencial para cuestionarlo.

También a la luz de la fe y haciendo una descodificación del ambiguo signo de la cruz, descubrimos que el sufrimiento de las mujeres, a menudo silenciado, justificado y hasta legitimado por las estructuras sociales vigentes (no solo, pero también en Europa) no deja de ser un escándalo y un clamor al cielo que no puede ser acallado, generalizado o neutralizado.

Este sufrimiento de las mujeres es un fenómeno que constituye un auténtico desafío para la teología y su método para abarcar su complejidad, la singularidad de la experiencia de las víctimas y generar una tradición y un discurso que impulsen la concienciación y la solidaridad y que apuesten por el acompañamiento y la ética de la compasión.

Publicado en el número 3.012 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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