URUGUAY – La familia y su universo

Con un Congreso Nacional la Iglesia uruguaya remarcó la importancia de la familia en la sociedad

Habitualmente en octubre la Iglesia uruguaya celebra a la familia. Entre las diversas propuestas para este año, la actividad central se llevó adelante el sábado 29 de octubre en el Hotel Radisson de Montevideo. Se trató del IV Congreso Nacional de la Familia, el cual convocó a más de 800 personas bajo el lema Amar es nuestra misión.

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Si bien son extensos y, si no se organizan adecuadamente, pueden tornarse tediosos, la característica distintiva de este congreso fue la alegría y el sano bullicio aportado por los niños. Desde temprano, ese sábado se trataron diversos temas vinculados a la familia, como el perdón, el adiós en el momento de la muerte, la comunicación, la libertad, la autoridad, los hijos, la pareja, el tiempo dedicado, la esperanza, la alegría y los cansancios.

“La convocatoria fue espectacular y el nivel de los expositores fue buenísimo. Todos los temas estuvieron muy bien compatibilizados; fueron variados y novedosos”, opinó la psicóloga María José Soler. Similar fue la apreciación de la licenciada Teresa Zerbino: “Las ponencias fueron profundas y entretenidas. Estaban destinadas a las familias, no eran intervenciones de alta categoría, sino traídas a tierra y muy aplicables”.

A esta mirada, y frente a la impresionante convocatoria, el cardenal arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, se mostró contento y muy cercano a la gente. Al canal de televisión ICM TV declaró: “Se vivió un clima de alegría y de esperanza. Ha venido gente que ha dado conferencias muy buenas. Así que no puedo decir otra cosa, este congreso fue un éxito”.

Al igual que la Comisión de Pastoral Familiar de la arquidiócesis de Montevideo, los objetivos que guiaron este congreso fue orientar a los más jóvenes en la constitución de las futuras familias, fortalecer a los agentes pastorales, padres, catequistas y docentes, en el tema de la familia, y ayudar a la Iglesia a abrirse a todas las familias, en el actual y complejo contexto cultural y social. Por eso, los organizadores del IV Congreso Nacional de la Familia intentaron profundizar la vivencia de fe desde lo familiar, desterrando la idea de que la fe es algo vivido en forma individual.

A la orientadora familiar ecuatoriana Sonia María Crespo le llamó la atención la cantidad de familias jóvenes que participaron del congreso. “Si bien hubo muchas familias que ya no tienen a sus chicos en casa, también se vio a muchos padres muy jóvenes con sus niños, tan jóvenes que a muchos le he tenido que preguntar cuántos años de casados llevaban, porque de tan jóvenes parecían solteros”, aclaró.

“Si hay fe las crisis se van a superar”

“Me permito recordar algo que dijo Juan Pablo II cuando estuvo en Uruguay: ‘son las familias cristianas las que harán que nuestro mundo vuelva a sonreír’. Creo que esta afirmación es una gran verdad que hoy necesitamos en nuestro país”, apuntó el obispo de Minas y presidente de la Comisión Familia y Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay.

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“La familia –prosiguió– tal como la hemos entendido siempre los cristianos, el hombre y la mujer abiertos a los hijos, no está en crisis ni puede estarlo”. En seguida justificó su afirmación: “Que haya más dificultades que en otras épocas, quizás sí. Que el divorcio y el relajamiento de las costumbres atenta contra la familia, no se puede negar. Pero también es verdad, y lo vimos en el congreso, que hay muchas familias que quieren vivir queriéndose, disculpándose, rezando. Hay que vivir la fe porque si hay fe las crisis se van a superar”.

Por su parte, Heriberto Bodeant, obispo de Melo, se mostró satisfecho de haber participado de un evento que pone en el centro “un aspecto fundamental de la vida de la Iglesia: la familia con todo su universo”. Y con sumo detalle definió este universo: “el encuentro entre los esposos, la relación padre-hijos, la vida fraterna de los hermanos, las diferentes etapas de la vida, desde el nacimiento hasta el paso a la vida eterna donde la familia también está llamada a continuar y permanecer como tal”.

Con este IV Congreso Nacional de la Familia, la Iglesia Católica en Uruguay mostró que la familia es una de sus prioridades en la pastoral cotidiana.

R. P. MONTEVIDEO

 

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