La literatura arrincona a ETA

Edurne Portela, escritora

El éxito de ‘Patria’ o ‘El eco de los disparos’ manifiesta la necesidad de los intelectuales de mostrar las huellas de 40 años de terrorismo

Patria, novela de Fernando Aramburu, Tusquets, y El eco de los disparos, libro de Edurne Portela, Galaxia Gutemberg

‘Patria’, de Fernando Aramburu, y ‘El eco de los disparos’, de Edurne Portela

La literatura arrincona a ETA [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | A finales de 2001, apareció en España un libro-testimonio escrito en 1939, Historia de un alemán (Destino). Lo firmaba el historiador Sebastian Haffner, en realidad Raimund Pretzel, un berlinés nacido en 1907 y exiliado en Inglaterra en plena ebullición del nazismo. Aquella crónica de la Alemania de Hitler tuvo una notable acogida en su traducción española, pero donde se convirtió en un gran éxito fue en el País Vasco. Haffner no hablaba de campos de concentración ni tan siquiera del exilio –como hicieran Ana Frank o Paul Steinberg–, sino de la vida cotidiana. De los silencios de los vecinos, de las amenazas en la escalera, de los amigos que te dejan de hablar, de la dictadura de la violencia, de los compañeros de trabajo que evitan saludarte porque no eres, ni piensas, como un nazi. Donde Haffner hablaba de nazismo, el lector vasco quería leer movimiento aberzale. Lo más insoportable de los años de plomo y asesinatos de ETA fue el miedo a vivir el día a día.

El novelista Raúl Guerra Garrido –que padeció la persecución aberzale y las amenazas de muerte– decía por ello: “No quiero el perdón de un terrorista, sino que hablen los que callaron”. Eran aquellos tiempos en los que en el País Vasco había –como decía Fernando Savater– escritores y escritores con escolta. Ciudadanos y ciudadanos amenazados, en definitiva.

Afrontar el pasado

Fernando Aramburu, escritor

Fernando Aramburu

Ahora, los que callaron encuentran por fin su audiencia, sus lectores. Aunque, como afirma Fernando Aramburu, todavía falta para que se pueda hablar de la “derrota literaria” de ETA. “Falta literatura de calidad, pues no de otra cosa se trata sino de contribuir a que prevalezca una versión escrita del terrorismo que desenmascare otras que lo justifican y que han sido –o serán– pensadas para glorificar al asesino, convertirlo en héroe, incluso en víctima obligada a agredir y matar. El arma para lograr esa derrota es la palabra en su excelencia ética y estética”, explica el escritor tras el éxito de su novela Patria (Tusquets), la historia de dos íntimas familias separadas por el conflicto vasco y testimonio de cuarenta años de deriva fascista en Euskadi.

La profesora de Literaturas Hispánicas en Estados Unidos Edurne Portela ha examinado en El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia (Galaxia Gutenberg) el rastro de la violencia de ETA en la sociedad. Pero también de los que vieron, oyeron y callaron. “No me gusta hablar en términos de ‘derrota’ o ‘victoria’. Lo verdaderamente importante es centrarnos en elaborar una cultura –literatura, cine, arte– que nos hable de aquellas partes del problema vivido en Euskadi que han sido menos exploradas y tratadas, un problema cuyos protagonistas no son solo las víctimas de ETA o la propia banda, sino el conjunto de la sociedad vasca”, explica Portela.

“Como problema colectivo y social, además de político, lo que queda por hacer es mucho más que ‘derrotar’ literariamente a ETA, sino afrontar ese pasado común con la mayor responsabilidad posible y desde la variedad de puntos de vista que nos da haber sido testigos, cada uno desde sus vivencias, de esta tragedia”, añade.

Aramburu habla en su novela, precisamente, de su propia experiencia. “Patria es anterior a su éxito, que, como todo en la vida, será pasajero –explica–. No sé cómo interpretar dicho éxito ni me preocupa gran cosa hacerlo, puesto que ya estoy metido en otros proyectos. Me han dicho que el libro bien pudiera haber tocado un nervio sensible de nuestro tiempo y que hay mucha necesidad social en nuestro país de que se construya el relato o, por mejor decir, los relatos del fenómeno al que hemos dado en llamar terrorismo de ETA”.

El comportamiento de la Iglesia

Afincado desde hace un par de décadas en Alemania –en donde ejerce de profesor de español–, Aramburu también habla en su novela de un tema que se ha tergiversado –y mucho–, como es el comportamiento de la Iglesia vasca ante ETA.

En Patria, es el cura don Serapio quien apoya a la banda armada. Pero Aramburu aclara: “La Iglesia vasca no es una institución homogénea. Ha habido sacerdotes que fueron amenazados por la banda terrorista y precisaron de escolta. Son, ciertamente, una minoría. Otros muchos profesaron, y todavía lo hacen, la ideología nacionalista y, en momentos atroces, no tuvieron la menor sensibilidad para ejercer la misericordia con las víctimas del terrorismo. A este tipo de ministros del Señor pertenece el eclesiástico de mi novela, personaje que, aunque inspirado en seres reales, en modo alguno representa a la Iglesia vasca en su conjunto”.

A Portela, la excelente acogida de su ensayo o la aclamada novela de Aramburu le dan pie a insistir en que “sobre ETA hacen falta novelas, ensayos, películas y no discursos oficiales”. “Tenemos necesidad de entender nuestro pasado, por mucho que algunos prefieran pasar página. Pero ni Aramburu ni yo somos los primeros que lo afrontamos. Escritores como Ramón Saizarbitoria, Iban Zaldua o Jokin Muñoz lo llevan haciendo años. Otra cosa es que no se les haya querido escuchar ni dar el espacio mediático que Aramburu está recibiendo”.

Edurne Portela, escritora

Edurne Portela

Eso sí, Portela insiste en que “defiendo aquellas representaciones, en literatura, cine, las artes, que muestran la complejidad en la que se asienta el llamado ‘conflicto vasco’ y que lo hacen tomando en cuenta a todos los que participaron en él, que no solo son los etarras y sus víctimas”.

Razón por la cual proclama: “Llevamos viviendo cuatro décadas en constante contacto con la violencia, hasta tal punto que la hemos aceptado como algo cotidiano y normal en nuestras vidas. Nuestros vínculos sociales están atravesados por esa violencia; de ahí que necesitemos representaciones que exploren las zonas más opacas de este problema, que tienen que ver con las relaciones afectivas, los vínculos familiares, en definitiva, el día a día de una sociedad herida y, en buena medida, enferma. Conocer, sin embargo, no significa ni justificar ni empatizar. Eso es lo que a muchos les cuesta comprender”. Como Haffner hizo de la Alemania nazi.

Contra el “humor indecente”

Sí al humor, pero no a ocultar la realidad. Edurne Portela denuncia como “indecente” el humor de películas como Ocho apellidos vascos.

“No soy defensora de la censura, y menos en el humor –explica–, pero tenemos que ser muy conscientes de qué nos estamos riendo y por qué. El humor de Ocho apellidos es un humor blanco que oculta la realidad, que nos apacigua y nos ayuda a huir de ella a través de la carcajada. A veces este humor es necesario, pero es muy peligroso encumbrarlo a la categoría de arma política porque, en realidad, hace precisamente lo contrario: desactiva la autocrítica y la reflexión”.

Frente a este humor que actúa como “bálsamo”, Portela prefiere, y así lo reivindica, lo que Iban Zaldua denomina “el humor que escuece”: “Hay otro tipo de humor que desenmascara, que a través de la ironía o de la parodia inteligente, revela un problema oculto. Es un humor que no caricaturiza o banaliza, sino que escarba con uña afilada la realidad, y que, después del instante de la risa, nos hace reflexionar”.

Por eso sostiene: “Cuando hablamos de una tragedia cercana como el terrorismo de ETA y la complicidad del entorno que la ha apoyado, cuando el último de sus asesinatos se produjo en 2009, el humor debería escocer, no calmar, debería hacernos reflexionar, no seguir huyendo. El humor en el cine y en la literatura vasca debería ayudar a entender mejor nuestra tragedia, como lo hizo Borja Cobeaga en su magnífica película Negociador o como ha hecho Iban Zaldua en Si Sabino viviría y en muchos de sus cuentos”.

Publicado en el número 3.011 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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