J. L. CELADA | Como la prueba reina del atletismo en pista, también estos 100 metros se convierten en una carrera contra el crono. Pero aquí los protagonistas no son Usain Bolt y los más insignes velocistas del momento, sino Ramón Arroyo y su familia, auténticos corredores de fondo en otra competición que se llama esclerosis múltiple.
Marcel Barrena –autor del documental Món petit (2012), sobre el viaje que emprende un joven en silla de ruedas y sin recursos con su novia desde Barcelona a Nueva Zelanda– regresa a las carteleras con otra historia real de superación, de esas en las que no importa llegar el primero a la meta o ser el mejor, sino simplemente luchar. Contra uno mismo y contra la llamada “enfermedad de las mil caras”. Una enemiga traicionera (se antoja difícil saber qué y cuándo va a pasar), a la que este hombre anónimo se enfrentó con la determinación de todo un iroman. No en vano, tan exigente modalidad del triatlón (casi cuatro kilómetros nadando, 180 encima de una bicicleta y un maratón) supondría el principal estímulo en un camino hecho de pequeños/grandes pasos hacia su reconciliación vital.
Antes, sin embargo, el joven guionista y realizador catalán nos invita a escalar con Ramón y los suyos (su mujer, su hijo, su suegro, sus compañeros de trabajo…) la escarpada pendiente de su nueva situación: desde los primeros síntomas, las pruebas médicas y el amargo diagnóstico hasta el entrenamiento que ha de prepararle para su épico desafío, pasando por los momentos de rebeldía, de hundimiento, de aislamiento… y de esperanza. Un testimonio ciertamente conmovedor también de lo complicado que resulta brindar y solicitar ayuda en tales circunstancias, o de cómo convivir con tan “mala compañera de baile” –atento siempre a que no te pise– obliga a establecer una agenda sin citas ni planes.
Claro que de poco serviría todo ello –incluso la probada sensibilidad del director hacia estos temas– sin el oficio y compromiso de un excelente trío de intérpretes: a la cabeza, Dani Rovira, alejado de sus registros habituales y haciendo gala de una necesaria contención; junto a él, la chispa del veterano Karra Elejalde en su papel de desencantado instructor, ejerciendo de contrapunto cómico al drama de su yerno. Y, como equilibrio y complemento de ambos, Alexandra Jiménez, esposa e hija, derrochando dolor y ternura a partes iguales.
Aunque recorrer cien metros no parece gran cosa, para alguien que vive “con un pie en la tierra y otro en el abismo” constituye una verdadera hazaña. Solo comparable –salvando las distancias, por supuesto– a lo que significa esta película para la persona que la inspira (cuyas imágenes reales de su esfuerzo postrero se funden con la ficción), para cuantos padecen su misma enfermedad y para el cine español. No hace falta aterrizar en el río Hudson para encontrar héroes.
FICHA TÉCNICA
Título original: 100 metros
Guión y Dirección: Marcel Barrena.
Fotografía: Xavi Giménez.
Música: Rodrigo Leão.
Producción: Carlos Fernández, Laura Fernández, Tino Navarro.
Intérpretes: Dani Rovira, Karra Elejalde, Alexandra Jiménez, María de Medeiros, David Verdaguer, Clara Segura, Andrés Velencoso, Alba Rivas, Gael Díaz, Bruno Bergonzini.
Publicado en el número 3.011 de Vida Nueva. Ver sumario
