Miguel Miró: “Francisco nos hace salir de la autorreferencialidad”

Miguel Miró, prior general de los agustinos recoletos

El religioso catalán, reelegido prior general de los agustinos recoletos

Miguel Miró, prior general de los agustinos recoletos

DARÍO MENOR (ROMA) | Miguel Miró Miró repite como prior general de los agustinos recoletos por los próximos seis años. El religioso catalán fue reelegido en el cargo el pasado 25 de octubre durante el capítulo general que celebra la congregación en Roma y en el que se decidió la reorganización territorial al pasar de ocho a cuatro provincias. “Habíamos puesto –cuenta Miró a Vida Nueva– como lema del capítulo la frase de san Agustín Da lo que mandas y manda lo que quieras, y ahora me la tengo que aplicar a mí mismo. Me dejo en manos del Señor, pidiéndole la colaboración a los hermanos. Es un servicio a la orden, a las comunidades que tenemos encomendadas y a todo el Pueblo de Dios. Así lo entiendo: con disponibilidad y con esperanza y alegría, qué voy a hacer”.

“En el capítulo –abunda– había un tema clave y siempre difícil, como es la reestructuración. Somos una orden muy antigua, de más de cuatro siglos, y ahora hemos buscado la forma de unirnos para estar mejor organizados, más unidos, y también tener más fuerza para poder llevar a cabo la misión evangelizadora con más confianza y medios humanos”.

Con estos cambios, los agustinos recoletos serán más capaces, asegura convencido el prior general, de seguir “los signos de los tiempos y transmitir el Evangelio con alegría y esperanza”. Se completa así el programa trazado en el capítulo general precedente, en el que se decidió “revitalizar la orden desde su identidad carismática reorganizando las estructuras, intensificando la comunión y la vida fraterna y eclesial”.

La cita romana ha servido también para estudiar el estado de salud de la orden y comprobar su situación numérica en global. Así, son hoy 1.045 miembros, mientras que en 2009 eran 1.136. “En Europa –apunta Miró– hay pocas vocaciones y los religiosos son mayores, mientras que en América, Filipinas y China surgen nuevas vocaciones”.

En este último país llevan presentes desde 1923: “Incluso durante los años de la revolución permanecieron allí religiosos chinos. Luego se fueron reuniendo y volvieron al lugar donde estábamos al principio. Hacen una labor muy buena. Cuando fui la última vez, me quedé muy sorprendido al ver a tantos católicos el domingo en misa. Había unas 300 personas y música, cantos, catequesis… Todo eso es el reflejo de una vitalidad muy grande. Años antes había estado y lo cierto es que encontré menos gente. Me dijeron que antes la fe se vivía en familia, pero que ahora podían exteriorizarla y celebrarla abiertamente. Hay una mayor tolerancia”.

Cuestan los cambios

Miró valora mucho el mensaje que el Papa les dejó durante la audiencia que concedió a los participantes en el capítulo general el pasado 20 de octubre. “Nos pidió que fuéramos creadores de comunión”, recuerda.

“Yo le invité a que nos hablara claro –añade–, pues somos una orden muy antigua y tenemos raíces, pero nos cuestan los cambios. El magisterio del papa Francisco nos ha ayudado mucho. Nos hemos sentido respaldados en este proceso con sus gestos, palabras y enseñanzas. Nos hace salir de nuestra autorreferencia y atrevernos a ampliar los horizontes, a ir a los lugares más pobres y alejados”.

Por eso, para el religioso catalán la reestructuración que vive hoy su congregación no es una muestra de que se encuentre en una “fase final”, sino que se trata de una “reorganización” para anunciar el Evangelio con mayor “disponibilidad, libertad y comunión entre nosotros”. Invita, en definitiva, a todos los agustinos recoletos a que sean en verdad “buscadores de la verdad y hombres de comunión, profetas del Reino con nuestra vida fraterna, nuestro servicio a la Iglesia, nuestra presencia y cercanía a los más pobres”.

Publicado en el número 3.010 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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