José María Gil Tamayo: “La Iglesia no es un partido ni un contrincante político”

El secretario general de la CEE habla con Vida Nueva después de la formación del nuevo Gobierno

José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española

JOSÉ BELTRÁN | España deja de estar en funciones con la investidura de Mariano Rajoy. Se pone fin a una incertidumbre política que parecía abocada a unas terceras elecciones, gracias a la abstención desgarradora del PSOE. El fin de las mayorías absolutas dibuja una legislatura nada cómoda y un tablero cambiante en el que hay que ubicar –o tal vez resituar– a la Iglesia. El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, reflexiona a este respecto para Vida Nueva.

PREGUNTA.- ¿Cómo se sitúa la Iglesia ahora? ¿Qué espera del Gobierno?

RESPUESTA.- La Iglesia, con independencia y espíritu de colaboración, contribuirá siempre con su misión propia a la cohesión social, al logro del bien común y a la concordia de los españoles, que se sienten en su mayoría católicos. Nos alegramos de que se haya recobrado de una vez la normalidad institucional, sea posible así la gobernabilidad de nuestro país y se pueda pasar, después de este largo tiempo de incertidumbre y en ocasiones de frentismos y posiciones excluyentes que creíamos ya superados, a trabajar con responsabilidad y diálogo por solucionar los problemas reales de los ciudadanos, especialmente de las personas y colectivos más necesitados, haciendo posible un verdadero progreso en paz y libertad. Esa es la tarea que, en libertad y derecho, debe llevar a cabo el Gobierno en un sistema democrático como el nuestro, en el que la Iglesia se siente cómoda en la aconfesionalidad o laicidad positiva que consagra nuestra Constitución.

P.- ¿Qué lugar debe ocupar la Iglesia en este escenario: ser puente, equilibrar fuerzas…?

R.- La Iglesia no es un partido ni un contrincante político. Su misión es espiritual y, como señalaba el cardenal Blázquez en el discurso inaugural de la pasada Asamblea Plenaria de la CEE, no aspira en España a ser privilegiada ni quiere ser preterida. Quiere sencillamente cumplir su misión con libertad, por eso se siente en el derecho de reclamar la libertad religiosa y este mismo derecho quiere compartirlo con las demás confesiones y religiones, y con quienes no profesan ninguna. Todos nos hemos de sentir igualmente libres y respetados, garantizando una sociedad plural también en lo religioso. (…)

P.- ¿Cómo lograrlo?

R.- Una buena guía para generar este ambiente de diálogo, cooperación y solidaridad que necesitamos es la que desarrolla la instrucción pastoral Iglesia, servidora de los pobres, donde los obispos españoles han querido plasmar su mensaje para el momento social y político que vivimos ahora, ofreciendo la luz de la Doctrina Social de la Iglesia para los problemas y retos que tenemos, poniendo en primer lugar la atención a los más desfavorecidos. (…) Los fieles laicos tienen en este sentido un papel fundamental, ya que es a ellos a quienes corresponde de forma promordial la transformación cristiana de las realidades temporales. En este compromiso público de la fe, nuestros seglares tienen todavía mucho que desarrollar y no podemos quedarnos con salir a la calle solo para el culto público devocional, sino para transformar el espacio público conforme al Evangelio, también el ámbito político.

Publicado en el número 3.010 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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