El exilio venezolano busca refugio en España

manifestación en Madrid de exiliados venezolanos en España, reclamando el revocatorio en Venezuela

Tras los ucranianos y por delante de los sirios, ya son el segundo grupo de solicitantes de asilo

manifestación en Madrid de exiliados venezolanos en España, reclamando el revocatorio en Venezuela

Reciente manifestación en Madrid reclamando el revocatorio

El exilio venezolano busca refugio en España [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Aunque el foco mediático esté puesto en Siria (en total hay cinco millones de ciudadanos de este país que han abandonado sus hogares), hay muchos dramas que en todo el mundo generan refugiados. Reflejo de este contexto cambiante, en el primer semestre de 2016 llegaron a España más ucranianos y venezolanos que sirios en busca de protección. Lo más significativo de este hecho, contrastable observando los datos ofrecidos por Eurostat, es ver hasta qué punto ha cambiado la situación en muy poco tiempo: si en 2015 vinieron 580 venezolanos reclamando protección (por 5.720 sirios y 3.345 ucranianos), solo en el primer semestre de este año han llegado ya 1.275 venezolanos, más del doble que en todo el curso pasado. Los ucranianos ocupan ya el primer lugar de los expatriados en nuestro país, con 1.505 solicitantes, bajando los sirios al tercer puesto, con 1.195.

Así lo confirman, en una conversación con Vida Nueva en su céntrica sede en Madrid, Pedro Puente y Julia Fernández Quintanilla, respectivamente, el presidente y la directora de Accem, la entidad de referencia en nuestro país especializada en la acogida a migrantes y refugiados junto a CEAR y Cruz Roja. Las tres llevan más de 25 años desarrollando esta actividad, una experiencia por la que el Gobierno les encargó asumir la primera fase de reasentamiento de los refugiados que en teoría deberían haber llegado este año dentro de los cupos fijados por la UE. Si bien esa vía permanece prácticamente bloqueada, sí llegan cada día a España prófugos que vienen a pie, en autobús o en avión.

De los 6.930 solicitantes de asilo en los primeros seis meses de 2016 en España, a Accem han sido derivados 1.370. La experiencia de la entidad (su anterior nombre, Asociación Comisión Católica Española de Migración, evidencia cómo en su día fue un departamento ligado a la Conferencia Episcopal, aunque en 1991 se decidió que se constituyera como institución independiente y no confesional) es similar: entre esos 1.370 solicitantes de asilo, 403 son ucranianos, 139 sirios y 122 venezolanos.

Su perspectiva de un cuarto de siglo de trabajo, permite a sus gestores comparar la actual situación con la que se vivió durante la guerra de los Balcanes. Como recalca Puente, sacerdote leonés que ha ocupado distintos cargos en la Conferencia Episcopal y que también preside la Fundación Secretariado Gitano, “lo que se vive con esta crisis es muy diferente. En 1992 fue algo coyuntural, por unos meses, y los refugiados vinieron en bloque, en buena parte en aviones. En aquella ocasión, la acogida se organizó a través de CEAR, Cruz Roja, MPDL y nosotros. Entonces, fuimos los primeros en acoger, en un centro para kosovares en Sigüenza, gracias al obispo José Sánchez. Fue algo que no causó tanta convulsión mediática como hoy”.

“Ahora, en cambio –añade Fernández Quintanilla–, estamos ante algo muy diferente, pues se ha visibilizado mucho la situación de los refugiados. La gran repercusión mediática de esta crisis humanitaria ha dado lugar a una innumerable oferta de colaboración por parte de administraciones y ciudadanía, pero tenemos una gran dificultad en aspectos concretos como el acceso a vivienda de estas personas cuando salen de nuestros dispositivos. Durante los seis primeros meses de estancia aquí, buscamos atenderles en pisos nuestros, en lo que pretendemos que sea una respuesta de calidad y con un trato cercano, normalizado, donde cada familia atendida pueda involucrarse en la vida del barrio. Reciben todo tipo de atención: social, jurídica, psicológica y formativa, así como ayuda para su manutención. El problema llega después, ya que nos cuesta mucho que les alquilen pisos”.

Pese a la amplia capacidad de Accem (está presente en 26 provincias y cuenta con 871 voluntarios y 640 trabajadores) y a que a las tres grandes instituciones se han sumado otras cinco que ya trabajan con el Gobierno en la acogida a refugiados, la directora de la entidad echa en falta una mirada más amplia a la hora de afrontar el fenómeno: “Esta crisis, en cuanto estructural, necesita respuestas concretas y globales, empezando por aplicar políticas internacionales que redunden en el beneficio de las personas. Si lo que se favorece únicamente son los intereses de ciertas élites o multinacionales, se generan los conflictos que ocasionan la huida de los refugiados. La opción es apostar por un desarrollo también en materia social y de derechos”.

En cuanto a la inevitable situación actual, “la vía lógica es poner en marcha mecanismos legales y de protección, así como rutas seguras, que es lo que le pedimos a la UE”. Otra cosa es que, como reconoce con malestar, “la propia UE diera inmediatamente un paso atrás sobre lo que dispuso hace un año en materia de protección de los refugiados y haya establecido un complejo mecanismo de aplicación que en la práctica la dificulta”.

No a los corredores

En este sentido, desde Accem no creen demasiado en las propuestas de corredores humanitarios que, como se ha hecho en Italia, traigan directamente a grupos de refugiados. Sostienen que todas las personas tienen el mismo derecho a ser protegidas y ya hay modos de hacerlo. “No necesitamos tanto vías extraordinarias –opina Puente–, sino que se apliquen de verdad los mecanismos que podrían garantizar una buena acogida. En 2015, tanto Europa como los estados, incluyendo España, pusieron recursos para afrontar las decisiones que se habían tomado sobre la acogida, pero a estas alturas el número de reubicados y reasentados es mínimo”. Ante la constatación de que hay recursos pero no una voluntad política real, ni en España ni en el conjunto de la UE, la directora de la entidad se lamenta: “Vemos cómo la prioridad en las fronteras, antes que nada, es el control y no la protección. Estamos ante una Europa fortaleza”.

Desde la ONG jesuita Entreculturas, Cristina Manzanedo insiste en preguntarse por qué vienen menos sirios a nuestro país: “Nos debe interpelar el hecho de que, si bien fueron los principales solicitantes de protección en 2015, en 2016 esté dándose una reducción muy importante en su número de solicitudes… Es sorprendente que, continuando la guerra en Siria y habiéndose casi cerrado la ruta a través de Turquía, no hayan aumentado las solicitudes de personas sirias intentando acceder a Europa a través de Melilla. ¿Qué está pasando? Creemos que la explicación tiene que ver con procesos de control migratorio y cierre progresivo de rutas”.

Manuel Rodríguez, venezolano exiliado en España

Manuel Rodríguez

Con la ayuda de la Iglesia

Manuel Rodríguez es unos de los miles de venezolanos exiliados en España. Y de los más veteranos, pues llegó en 2004. Dos años antes, participó en un paro general contra el Gobierno chavista, pero le frustró ver “que solo el 10% de los presentes, como mucho, eran de clase humilde, yendo la mayoría por fines muy distintos a los míos. Ahí comprendí que así no se acabaría con la dictadura”. Y se fue. Ha vivido en Fuerteventura, A Coruña, Vigo, León, Oviedo y Madrid, con suerte dispar: desde tiempos con trabajo e incluso con sus propios negocios, hasta otros de ruina, durmiendo en albergues o en la calle. Entonces decidió emprender el Camino de Santiago. En Oviedo, conoció a unas religiosas que le pusieron en contacto con San Juan de Dios, en cuyo centro en Madrid está hoy acogido y recibe formación laboral. Se declara “completamente ateo”, aunque se muestra “muy agradecido con unas personas con una sensibilidad especial”. También recibe apoyo de Mensajeros de la Paz, dirigiendo él a ambas instituciones a “los muchos venezolanos que están llegando estos meses a España, y a los que a veces les puede el miedo a hablar e incluso, por orgullo, a pedir ayuda”.

Comienza el diálogo en Caracas

Aunque poco se sabía de su reciente encuentro con Nicolás Maduro en el Vaticano, el mismo Francisco, en el vuelo Malmö-Roma, dijo que instó al presidente venezolano a un diálogo sincero con la oposición: “El diálogo es la única vía para todos los conflictos; o se dialoga o se grita. (…) El diálogo que favorece la negociación es el único camino para salir de los conflictos”. Así, este 31 de octubre en Caracas, tuvo lugar la primera reunión entre representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Ejecutivo, encabezado por el propio Maduro, quien agradeció la presencia de Claudio Maria Celli, enviado papal para el proceso de negociación, y le aseguró su “compromiso absoluto” con el mismo. Celli reconoció que se está ante un “profundo desafío”, pero se mostró esperanzado.

Publicado en el número 3.010 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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