El papa Francisco orienta el caminar de la Compañía de Jesús

papa Francisco con Arturo Sosa visita la 36 congregación general de la Compañía de Jesús 24 octubre 2016

En su visita a la 36ª congregación general, anima a los jesuitas a consolar, compadecerse y discernir

papa Francisco con Arturo Sosa visita la 36 congregación general de la Compañía de Jesús 24 octubre 2016

Francisco, acompañado por Arturo Sosa (izq.) y por Orlando Torres, rector del Colegio Internacional del Gesù

M. GÓMEZ | La Compañía de Jesús sigue celebrando su 36ª congregación general en Roma y en la mañana de hoy lunes 24 de octubre, los 215 delegados que la componen han recibido la visita del papa Francisco. Bergoglio se trasladó a la curia jesuita (y no al revés, como suele ocurrir, que son los religiosos quienes acuden a una audiencia al Vaticano) y a su llegada fue recibido por el superior de la comunidad, el P. Joaquín Barrero, y por el recién elegido prepósito general, el venezolano Arturo Sosa Abascal.

Ya en el aula, primero compartieron la oración de la mañana y a continuación Francisco les ha trasladado sus orientaciones sobre el servicio que los jesuitas pueden prestar a la Iglesia y al mundo. Ha sido un discurso dirigido al futuro, con una llamada a ir más lejos en el encuentro con los otros y en el modo de acompañarlos en su propio caminar.

Como es habitual en él, el Papa ha articulado su discurso en torno a tres ejes, en este caso, tres formas de caminar para la Compañía:

1. Pedir intensamente la consolación

“Es oficio propio de la Compañía consolar al pueblo fiel y ayudar con el discernimiento a que el enemigo de natura humana no nos robe la alegría: la alegría de evangelizar, la alegría de la familia, la alegría de la Iglesia, la alegría de la creación… Que no nos la robe ni por desesperanza ante la magnitud de los males del mundo y los malentendidos entre los que quieren hacer el bien, ni nos la reemplace con las alegrías fatuas que están siempre al alcance de la mano en cualquier comercio”.

El Papa jesuita asegura que este “servicio de la alegría y de la consolación espiritual arraiga en la oración” e insiste en la importancia de la alegría: “Una buena noticia no se puede dar con cara triste. La alegría no es un plus decorativo, es índice claro de la gracia: indica que el amor está activo, operante, presente”.

2. Dejarnos conmover por el Señor puesto en Cruz

Dice el Papa: “El Señor, que nos mira con misericordia y nos elige, nos envía a hacer llegar con toda su eficacia esa misma misericordia a los más pobres, a los pecadores, a los sobrantes y crucificados del mundo actual que sufren la injusticia y la violencia. Solo si experimentamos esta fuerza sanadora en lo vivo de nuestras propias llagas, como personas y como cuerpo, perderemos el miedo a dejarnos conmover por la inmensidad del sufrimiento de nuestros hermanos y nos lanzaremos a caminar pacientemente con nuestros pueblos aprendiendo de ellos el modo mejor de ayudarlos y servirlos”.

3. Hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia

“Es propio de la Compañía hacer las cosas sintiendo con la Iglesia”, apoyados en el discernimiento, “sin perder la paz y con alegría”, pide Francisco. Ha animado a los jesuitas a no ser “clericalistas, sino eclesiales”, es decir, “hombres de Iglesia, hombres para los demás, sin cosa propia que aísle, sino con todo lo nuestro propio puesto en comunión y al servicio”.

Más fotos del encuentro

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Un momento de la alocución a los jesuitas

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