El cardenal de Nueva York quiere compensar a las víctimas de abusos antes del juicio

cardenan Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York

Dolan propone aplicar esta medida para animar a la denuncia

cardenan Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York

MARÍA SERRANO (NUEVA YORK) | “En el final del Año de la Misericordia, lanzamos este programa diseñado para brindar paz y reconciliación a las víctimas de abusos en la Archidiócesis de Nueva York”. Así presentó el cardenal Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York, el ambicioso plan de compensación económica para quienes sufrieron abusos cuando eran menores por parte del clero de su archidiócesis. El Programa Independiente de Reconciliación y Compensación (IRCP, en sus siglas en inglés) se anunció el 29 de septiembre con el objetivo de “convertirse en un paso más en el desagravio y la búsqueda de reconciliación con aquellas personas que han sido heridas y se sienten lejos de la Iglesia”.

“Todos los obispos de Estados Unidos nos tomamos con total seriedad las denuncias de abusos sexuales. Y todos pensamos en la mejor forma de dar un paso más a la hora de mitigar el dolor de las víctimas”, ha expresado Dolan en una entrevista con el sacerdote y periodista Jim Vlaun. Como ha recalcado el cardenal neoyorquino, la medida no es exclusiva, sino adicional: se suma a “afrontar vigorosamente el tratamiento del clero acusado de abusos y a prevenir dichos actos, como con nuestros Programas de Ambientes Seguros”. Dolan ha estimado que llevará cerca de cuatro meses procesar las peticiones de las 170 víctimas del Estado de Nueva York.

Pasos del programa

Pero, ¿cómo funciona el IRCP? Aquellas víctimas que hayan denunciado con antelación haber sufrido abusos entran en la primera fase del programa, administrado por el mediador Kenneth Feinberg (reconocido en Estados Unidos por llevar el caso de los atentados del 11-S) y su colega Camile Biros, que tendrán total autonomía. A su vez, un Comité de Supervisión Independiente –que ya ha aprobado los protocolos de actuación– formado por el ex comisionado de policía Raymond W. Kelly, la jueza estatal del distrito Loretta Preska y la profesora de Psiquiatría de la Universidad de Columbia Jeanette Cueva controlarán su correcta implementación y administración.

En la segunda fase, Feinberg y Biros revisarán las nuevas alegaciones que se presenten antes del 31 de enero de 2017. Dolan ha declarado que, “con el fin de proteger los derechos de nuestros sacerdotes y diáconos, se sigue el proceso normal, que incluye el traslado de la denuncia al fiscal del distrito y la investigación del caso por parte de profesionales independientes y por nuestro consejo laico”. Cualquier denuncia falsa será considerada perjurio, un delito grave, y todas serán revisadas con igual diligencia.

Una de las dudas planteadas, también dentro de la Iglesia, es la procedencia del presupuesto. Las compensaciones económicas no tendrán cargo a las donaciones de los fieles, sino que la archidiócesis pedirá un préstamo que irá devolviendo “a través del ahorro y de fuentes de ingresos no designadas para la Iglesia”.

“Muchos de nosotros hemos sufrido abusos, y algunos más de una vez. Tenemos cicatrices profundas en el alma”, comenta Lisa R. Koehler, una de las víctimas, que, si bien no está en desacuerdo con la medida, afirma que es insuficiente. Por su parte, la Red de Supervivientes de Abusados por Sacerdotes ha declarado que “la compensación debería ser determinada por jueces y jurados”.

Como ha aclarado Dolan, el plan no busca ocultar o silenciar a las víctimas, sino que las anima a acudir al fiscal del distrito e interponer una denuncia, y pretende compensarlas tanto espiritual como económicamente. “Os he escuchado, dolidos y enfadados por esta crisis de la Iglesia, pero también agradecidos por las reformas que hemos llevado a cabo. Espero que este programa sea un paso más en la continuación de esas reformas”.

Publicado en el número 3.008 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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