URUGUAY – La Iglesia de Montevideo celebra a la familia

Oración, formación, discusión y reflexión, iniciativas que estarán presentes en octubre, el mes dedicado a la familia.

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En la Iglesia de Montevideo octubre es el mes de la familia, y por ello estará y estuvo poblado por una serie de actividades. El pasado domingo 2 de octubre el cardenal Daniel Sturla presidió una misa en la Catedral Metropolitana, dándole inicio formal a este mes temático. El sábado 8 se llevó adelante un “rosario peregrino”, y también se presentó en la Universidad Católica la conferencia del experto español Iván López Casanova, titulada La educación familiar en una sociedad pluralista: comprender, educar y amar en el siglo XXI. Finalmente, el 29 de octubre se realizará el IV Congreso Nacional de la familia uruguaya.

El director de la Comisión de Pastoral Familiar, Gustavo Rodríguez, explicó que desde ella se busca romper con la idea de que la pastoral familiar es sólo una pastoral matrimonial: “es mucho más que eso, involucra a los padres, los abuelos, los hijos… La idea es llevar la fe a la familia en un concepto más amplio”. Su esposa, Mónica Suárez, también es directora de la Comisión junto con él, y a su vez son asesorados por el sacerdote Eric Juárez.

Son tres los objetivos que guían la acción de esta Pastoral Familiar. La preparación de las futuras familias es el primero, y por ello trabajan con los equipos de preparación pre-matrimonial y con la Pastoral Juvenil. También se preocupan por el fortalecimiento de las capacidades de los agentes pastorales, padres, catequistas y docentes en el tema. Finalmente, buscan encarnar una apertura de la Iglesia para con todas las familias, en el actual y complejo contexto cultural y social. Por eso el mes comienza con un Jubileo de las Familias, que se vive también en el marco de este Año de la Misericordia decretado por el papa Francisco. La impronta que se le quiere dar es principalmente la de una vivencia de fe desde lo familiar, desterrando la idea de que la fe es algo vivido en forma individual.

 

La base de la sociedad

La celebración acontecida en la Catedral congregó a unas 300 personas, y fue el evento de apertura de este mes de actividades.

“La familia es la base de la sociedad, el Estado velará por estabilidad moral y material para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad”, comenzó afirmando Sturla en su homilía, pero luego prosiguió a aclarar que esto “no era una encíclica papal, sino que es nada menos que la Constitución de la República que afirma esto en el artículo 40”.

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“La familia es la base de la sociedad, y el Estado tiene este deber de propender a la mejor formación de la familia ayudándola a lograr sus objetivos. Nosotros damos gracias a Dios en esta Misa, Jubileo de la Familia, por la realidad de la familia cristiana. Y al mismo tiempo queremos decir: sociedad uruguaya, Estado uruguayo, atentos. Atentos, porque cuando la familia no es defendida, y cuando por el contrario es atacada, estamos minando, así lo han dicho los constituyentes, la base misma de la sociedad”, sostuvo.

Un tema crucial que mencionó el cardenal uruguayo con respecto a la vida familiar fue el del perdón. “Hace muchos años aquella película famosa de los setenta Love Story decía: ‘amar es nunca tener que pedir perdón’. Y esa es la mentira más grande que podría decirse: amar, entre seres humanos, es muchas veces pedir perdón y dar el perdón. Y eso lo sabemos de sobra, sobre todo en la convivencia, es difícil. Cuántas veces necesitamos pedir perdón y ser perdonados. Y de las cosas más hermosas de la familia es cuando en esta existe el perdón”, explicó.

“Sabemos que en el ámbito de la familia muchas veces sucede que esto de pedir y dar perdón se da por supuesto, y la realidad es que no. Obviamente habrá a veces la necesidad de palabra y otras veces a través de un gesto, un relato, un decir ‘arriba los corazones’, ‘salgamos adelante”, agregó. También opinó que “de las cosas más hermosas” que ha podido acompañar como sacerdote ha sido los “momentos de reconciliación entre esposos cuando hubo momentos de dificultad, de pelea, de bronca”.

Finalmente cerró su homilía pidiendo por que todas las comunidades cristianas de la Arquidiócesis puedan “vivir el gozo de la familia unida, que reza junta y se preocupa de transmitir la fe”. Pero que, al mismo tiempo “tengamos un sentido plural, abierto, amplio para todas las situaciones difíciles que tal vez alguno de nosotros vivimos en nuestras propias familias por divisiones o ausencias”, agregó. “Que podamos experimentar en todas las familias, aunque no sean la familia tipo de vida cristiana, está el Señor allí donde hay amor”, concluyó.

Educar en una sociedad plural y posmoderna

“Una familia cristiana debe ver la pluralidad como una cosa preciosa, y cuando la entiende mejor podrá formar fuertes a sus hijos, aprendiendo a respetar otras identidades al tiempo que ese mismo respeto será el que exigirán para ellos mismos”, explicó en su conferencia el experto en familia López Casanova.
Centrándose en la difícil tarea de la educación de los adolescentes, afirmó la necesidad de que estos comprendan “las grandes ideas de fondo que subyacen en las diversas conductas morales y propias¨: “No se trata de plantearles una lista de recetas morales, sino de conectar conductas con ideas”, remarcó.
Tampoco se trata de “proteger a los hijos de un ambiente adverso”, sino más bien de “transmitirles el ideal de ayudar a otras personas a mejorar”, logrando que generen “aguda conciencia de vivir en una sociedad que, junto a valores positivos, presenta también una cara fea: la de una gran injusticia, la vulgaridad”.

La clave, afirmó, está en criar hijos que respeten la pluralidad, teniendo a su vez ellos mismos una propia identidad fuerte, y ello se logra proporcionándole al adolescente la “idea de una misión valiosa”.

PABLO RAMALLA. MONTEVIDEO

 

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