Canto a la diversidad

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Música sacra para interpretar lo fundamental

Como un himno a la diversidad religiosa, las voces e instrumentos de diferentes culturas del mundo se entrelazaron durante el V Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá, para expresar a través de cada pieza musical la constante búsqueda del ser humano de lo fundamental. Corales, orquestas y solistas provenientes de Polonia, Lituania, España, Francia, Corea del Sur, Argentina, Estados Unidos, México, Italia, Sudáfrica y Colombia interpretaron sus tradiciones espirituales en múltiples escenarios de la ciudad. Este espacio, creado hace 4 años como tributo a los 50 años del Concilio Vaticano II, promueve la diversidad de creencias, el diálogo y la cultura de paz e invita, según Marianna Piotrowska, directora del festival, a “todas las personas a recordar, compartir, comprender y a aprender unos de otros, dejar de un lado las diferencias y unir fuerzas. A elevar el espíritu propio a través de la música sacra”.

Nuevos mundos

Soweto Gospel Choir (Sudáfrica)

Soweto Gospel Choir (Sudáfrica)

Alfredo Goldschmidt, de la comunidad judía, ha expresado que este certamen significa “realmente abrirse a nuevos mundos”. Las razones saltan al oído. No solo el diálogo interreligioso llama la atención, sino también la multiplicidad de tendencias musicales y de propuestas instrumentales en las que se traduce cada creencia. El festival reunió el género medieval, clásico y barroco, el folclor latinoamericano, las tradiciones ancestrales orientales y el góspel criollo y africano. El diálogo intercultural se hizo evidente en ensambles musicales como el de Marcel Péres o el de Won Il. Marcel Péres, investigador de la música litúrgica de la Edad Media, quien presentó en el festival la música del Misterio de la Encarnación del Verbo, confiesa: “he aprendido mucho compartiendo con cantantes musulmanes y he estudiado la manera en que interpretan el texto del Corán. Desde pequeño, en mi pueblo de Orán, en Argelia, siempre estuve muy influenciado por los cantos sagrados musulmanes. Esa tradición ha hecho parte de mi vida desde niño”. Won Il, uno de los músicos más destacados de la música tradicional coreana, ha ampliado las fronteras de la percusión coreana integrándola con aires africanos. Su participación en el festival incluyó una serie de canciones sagradas para piri (tipo de oboe de bambú).

Espirituales Negros

Coral Ebenezer de la Iglesia Bautista de San Andrés (Colombia)

Coral Ebenezer de la Iglesia Bautista de San Andrés (Colombia)

Para muchos raizales del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el Góspel o God Spell (llamada de Dios) es una de las más importantes expresiones de su espiritualidad africana y evangélica y de la cultura caribe anglosajona de la que provienen, aunque hacen parte de Colombia desde 1822. Así, uno de los espacios fundamentales para la cultura raizal es la Iglesia Bautista. Allí, en los servicios litúrgicos del domingo, han nacido corales como Ebenezer, dirigido por Carlos Steele y Emilce Pomare. La coral interpreta música góspel y espirituales negros que evocan el dolor del desarraigo de sus antepasados esclavizados, pero también celebra la alegría de la libertad de los isleños. Abrazando la misma raíz, Soweto Gospel Choir de Sudáfrica, fue el encargado del cierre del festival. La coral nació como homenaje a Nelson Mandela y se ha dedicado a difundir por todo el mundo la alegría y la espiritualidad de la música africana. Es dirigida por Beverly Bryer y la integran cantantes de muchas iglesias de Soweto. Sus álbumes Blessed y African Spirit ganaron dos veces el premio Grammy al mejor álbum de música tradicional.

Tradiciones latinoamericanas

Cuarteto Q-Arte (Colombia)

Cuarteto Q-Arte (Colombia)

El día de muertos es una de las expresiones más auténticas de la cultura mexicana. Para celebrar esta tradición religiosa, los familiares de los difuntos les llevan como ofrenda flores, comida y bebida al altar de muertos. Respondiendo la espiritualidad de este rito y explorando la honda concepción de la muerte de los pueblos mesoamericanos, el Cuarteto Q-Arte de Colombia y la compositora mexicana Gabriela Ortiz presentaron un concierto para cuarteto de cuerdas, titulado Altar de Muertos. También del folclor colombiano se oyeron bambucos, pasillos y cantos del pacífico en la voz del Coro Juvenil Escuela de Tocancipá. La Misa Colombiana que se escuchó en el Santuario del Divino Niño Jesús del 20 de Julio, estuvo a cargo del compositor, director y tiplista bogotano Mauricio Lozano.

Para el compositor cubano, José María Vitier, el espacio de encuentro que propone el Festival de Música Sacra pone en evidencia “la importancia que tiene en la vida, la política y el desarrollo de un país, el crecimiento espiritual de su pueblo”. En medio de la diversidad de géneros musicales y de la apertura a las espiritualidades de todos los credos, este evento musical dejó abierto un espacio de diálogo creativo entre culturas y creencias que, aunque diversas y, en ocasiones, opuestas, tienen en común su disposición a lo sagrado y a las melodías que les permiten expresar aquello fundamental.

Folclor colombiano y música religiosa

La Misa Colombiana, una pieza presentada en el 20 de Julio, hizo recordar una obra precedente. Una vez en el país se conocieron los documentos en los que el Concilio Vaticano II admitió que se celebrara el ritual católico y sus cánticos en la lengua originaria de cada región, en Colombia se celebró la primera misa folclórica. A pesar del escándalo que esto produjo en la sociedad de la década del 60, el sacerdote Rubén Darío Vanegas Montoya (1942-2015), entonces estudiante de teología, músico y poeta, compuso la música de la primera misa folclórica colombiana, que se ofició en la iglesia de la Porciúncula de Bogotá. La prensa escandalizada tituló la noticia: “Los franciscanos de la Porciúncula se mueven al ritmo del twist”. También el columnista Calibán declaró: “Mi padre san Francisco revolcándose en su sepulcro, dentro de su hábito, al son de una cumbia que estos frailes modernos le hicieron”. A pesar de que algunos obispos rechazaron que el folclor colombiano entrara en diálogo con el rito católico tradicional, otros le dieron la bienvenida. Las canciones compuestas por Fray Rubén fueron acogidas en muchos espacios no solo por sus ritmos populares, sino por relacionar pasajes del nacimiento de Jesús con problemáticas vigentes en las sociedades latinoamericanas: injustica, violencia y pobreza.

Biviana García

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