Apareció ahorcado. Si bien la justicia habla de una muerte dudosa, la gente asegura que lo asesinó el narcotráfico.
Asesinato, suicidio, inducción al suicidio, muerte dudosa. Estas son las hipótesis que barajan los medios de prensa. Sin embargo, para la feligresía de Ingenio La Florida (Tucumán), Juan Viroche fue asesinado por sicarios del narcotráfico por denunciar el avance de la droga en sus sermones y en los medios tucumanos.
El miércoles 5 de octubre el sacerdote había aparecido sin vida en su casa parroquial. Según los primeros testigos, estaba colgado, lo que hacía suponer que se había ahorcado. Pero en seguida se habría descubierto que Viroche tenía golpes en sus costillas. Sin embargo, horas más tarde, la autopsia indicaba que el obseso se había suicidado.
Ni bien enterado de la confusa muerte, el arzobispo de Tucumán, Alfredeo Zecca, emitió un comunicado: “como Pastor soy el primero que desea el pronto esclarecimiento de los hechos”. Al día siguiente, junto con José María Rossi, obispo de la vecina diócesis de Concepción, y con el cardenal Luis Villalba, presidió la misa de cuerpo presente. Allí reconoció que Viroche estaba “angustiado, deprimido y con miedo” y que a fines de setiembre le había pedido el traslado porque “había sido amenazado”. Leer nota completa
