Un monstruo viene a verme

Un monstruo viene a verme fotograma de la película

Un monstruo viene a verme fotograma de la película

J. L. CELADA | El fin de semana de su estreno, con cada entrada de Un monstruo viene a verme, una importante compañía exhibidora entregaba al espectador un pañuelo de papel con una breve leyenda: “Adoramos a J. A. Bayona, aunque a veces nos haga llorar”. La estrategia promocional suena a advertencia, pero solo es una invitación a relajar los lagrimales cuando se apaguen las luces. Una madre en estado terminal (Felicity Jones, más frágil que nunca) y un hijo con un rico mundo interior (el debutante e hipnótico Lewis MacDougall) facilitarán la tarea.

Junto a la pareja protagonista, por supuesto, emerge la figura del monstruo del título (al que presta su voz el gran Liam Neeson), un tejo milenario que lo sabe todo sobre el chaval –la verdad que esconde y la que sueña– y a quien este convoca puntualmente para superar sus miedos e implorar la curación de su progenitora. Esa criatura fantástica se erige también en narrador de tres cuentos coloristas y animados con príncipes, reinas, párrocos, boticarios y hombres invisibles, que sirven como pórtico de cuanto veremos a continuación y apresuradas lecciones de vida para su pequeño acompañante.

“La historia –nos adelanta el viejo árbol– empieza como tantas historias: con un chico demasiado mayor para ser un niño y demasiado joven para ser un hombre”. Y con una pesadilla recurrente. Ingredientes que prometen una historia con clara vocación cinematográfica. Bien lo sabe su guionista, Patrick Ness, autor de la novela en la que se basa; y de ello saca partido con notable oficio el director de la cinta. Queda para el debate si tanto como cabría esperarse teniendo a mano un material así.

No le negaremos al creador de El orfanato (2007) y Lo imposible (2012) su capacidad para emocionar, pero la letra de este relato sobre mentiras piadosas y verdades dolorosas merece algo más que la buena música de Fernando Velázquez o las interpretaciones de un excelente reparto (incluidas las veteranas Sigourney Weaver y Geraldine Chaplin). Uno tiene la impresión de que, en el cine de Bayona, cada vez es más corta la distancia entre lo impecable y lo previsible. La cuidada puesta en escena de su último trabajo o sus espectaculares imágenes –deudoras de unos magníficos efectos especiales– se traducen en una planificación tan precisa como uniforme.

La pulcritud formal no parece que sea la mejor ventana para asomarse a los abismos de la infancia (enfermedad, acoso escolar…) ni exorcizar los temores que la habitan. Por fortuna, ningún llanto sofocará el potencial de un texto que ha tardado demasiado tiempo en dar el salto a la gran pantalla. Claro que –como diría nuestro monstruo al hablar de ciertos personajes– no siempre hay películas buenas o malas.

FICHA TÉCNICA

Título original: A monster calls

Dirección: Juan Antonio Bayona.

Guión: Patrick Ness, sobre su novela homónima.

Fotografía: Óscar Faura.

Música: Fernando Velázquez.

Producción: Belén Atienza.

Intérpretes: Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Liam Neeson, Toby Kebbell, Geraldine Chaplin.

Publicado en el número 3.007 de Vida Nueva. Ver sumario

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