España, ¿posible?

Fernando Sebastián, cardenal arzobispo eméritoFERNANDO SEBASTIÁN | Cardenal arzobispo emérito

Con la Constitución de 1978 pensábamos que habíamos cerrado una triste época de divisiones. La experiencia de estos meses tiene que hacernos pensar. Estamos de nuevo en el vértigo de la disgregación. Cada grupo, cada región, cada partido busca sus propias ventajas alejándose de los demás. Con esta conclusión: si los españoles somos incompatibles, España es imposible.

Parece que algunos quieren organizar España prescindiendo de la mitad de los españoles. Olvidan la reconciliación y el consenso. Necesitamos desarrollar una mentalidad abierta, integradora, con una visión del país en la que quepamos todos y solo queden fuera los que atenten contra el bien del conjunto. Tenemos que reconciliarnos entre nosotros y con nuestra historia.

El primer paso hay que darlo en la enseñanza, respetando la verdad de nuestra historia, conociendo todos la verdad de todos, valorando las diferencias, inculcando valores comunes, fomentando el valor de la colaboración, en un esfuerzo común y permanente. Es imprescindible la mutua aceptación por encima de las diferencias reales y legítimas, regiones, lenguas, tendencias, religión. Hay que valorar las diferencias en vez de perseguirlas.

En segundo lugar, tenemos que desarrollar la confianza en nosotros mismos, en nuestro esfuerzo; hay que acabar con el mito del Estado omnipotente y paternalista que reparte dinero y resuelve nuestros problemas. El Estado somos nosotros. El país va adelante con el talento y el trabajo de todos. Todos con las mismas oportunidades y obligaciones.

Por último, es preciso volver a valorar seriamente la moralidad pública. El Gobierno y los políticos tienen que dar ejemplo de integridad moral. Los educadores y los medios de comunicación tienen que favorecer en todo la justicia y la honestidad moral. No podemos ser un país de tramposos. Los cristianos tendríamos que ser capaces de cualificar moralmente nuestra convivencia.

Publicado en el número 3.006 de Vida Nueva. Ver sumario

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