Ante el déficit de sacerdotes, ¿hay relevo?

Miguel Ángel Garrido, sacerdote de 36 años de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara

La Iglesia española busca “soluciones urgentes” al envejecimiento del clero y escasez de vocaciones

Miguel Ángel Garrido, sacerdote de 36 años de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara

Miguel Ángel Garrido, de 36 años, es uno de 182 sacerdotes que hay en Guadalajara para 470 parroquias

JOSÉ LORENZO | La de Girona es una de las diócesis con el clero más envejecido de España. Con una media de 72 años, mantiene a 111 curas en activo, alguno de ellos con la ilusión intacta a los 89 años, aunque las fuerzas ya le flaquean y se ve obligado a realizar servicios puntuales. En todo caso, ese espíritu de entrega no es suficiente para multiplicarse y atender convenientemente a las 395 parroquias que tiene la sede catalana.

Por ello, conscientes de lo complicado de la situación, pero sin caer en dramatismos, la diócesis ha hecho “una apuesta bastante fuerte” por la formación del laicado, hasta el punto de que hay ya una treintena de seglares que celebran en ausencia de sacerdote, a los que se unen 11 diáconos permanentes, opción esta que también se está potenciando, como apunta una portavoz del obispado. Igualmente, están impulsando la agrupación de parroquias, en donde trabajan coordinadamente sacerdotes, diáconos y laicos, o revisando cuestiones más prácticas, como los horarios de las misas dominicales para que los presbíteros puedan llegar a tiempo de un lugar a otro.

Pero la situación de Girona no es una excepción. De hecho, el envejecimiento del clero, unido a la escasez vocacional, a pesar del ligero repunte de los últimos años, dibuja un preocupante panorama al que la Conferencia Episcopal Española (CEE) está buscando remedio. Para ello, lleva ya un par de años embarcada en una reflexión sobre la situación de los 18.813 sacerdotes, con una edad media en la mitad de las 70 diócesis estimada en 65 años (en otras superan los 75), que celebran cada año 9,5 millones de misas en las 23.071 parroquias repartidas por toda la geografía española.

En la Asamblea Plenaria de noviembre, los obispos volverán a estudiar las reflexiones que al respecto ha preparado la Comisión Episcopal del Clero, que preside el obispo de Málaga, Jesús Catalá, porque “en cinco o diez años” el problema se agudizará en algunas diócesis, como señala a Vida Nueva Santiago Bohigues, secretario de la citada comisión.

Es cierto que el problema no es nuevo, pero existe el convencimiento de que “hay que tomar soluciones urgentes, que tienen que ir adoptando los obispos a nivel de cada diócesis, aunque también se está pensando que quizás la mejor forma de solucionar estos retos sea a través de las provincias eclesiásticas”, señala el sacerdote valenciano. En todo caso, subraya que “no hay decisiones globales, sino parciales en zonas con problemáticas comunes”.

Algunas posibilidades

  • Sacerdotes extranjeros.
  • Promoción del diaconado permanente.
  • Capacitación de los laicos.
  • Unidades pastorales (unión de varias parroquias para llevar adelante un proyecto pastoral).
  • Intercambio de sacerdotes entre diócesis.

Publicado en el número 3.006 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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