En Luque, las Comunidades Eclesiales de Base celebraron su X Encuentro Continental
Una vez más, los hechos demuestran que las comunidades en torno a la Palabra son uno de los ejes que siguen dando vida a la Iglesia. Este es el caminar que vienen haciendo desde hace tiempo las comunidades eclesiales de base (CEBs) en Latinoamérica. Este es el ánimo que se percibió en el X Encuentro Continental que se realizó en la ciudad de Luque.
Allí, entre del 13 al 17 de septiembre, asesores de equipos nacionales, articuladores regionales y animadores de las CEBs de todo América Latina y del Caribe se reunieron en torno al lema CEBs en el seguimiento de Jesús de Nazaret, hacemos memoria de los 50 años de camino y abrimos con esperanza nuevos horizontes, para conocerse, profundizar las diversas realidades y revitalizar la vida, la fe y la esperanza de las comunidades.
Durante estos cuatro días, unos 200 participantes pudieron profundizar diversos temas que preocupan en las distintas regiones latinoamericanas, como las adicciones, la desocupación, el maltrato al medio ambiente, la dependencia de los países más fuertes, entreotras realidades que claman, un clamor que solo la gente de las CEBs puede atender. Porque –como solía repetir el obispo guatemalteco mártir, Juan José Gerardi– “desde abajo todo se ve”.
Al respecto, Fernando Montes –sacerdote que actualmente acompaña a las comunidades de la diócesis de Quilmes (Buenos Aires), pero que también supo acompañarlas en el interior de la Argentina–, confió a Vida Nueva: “A los que están arriba no les conviene ver algunas cosas, porque eso atentaría contra su bienestar”. De esta manera, justifica el origen de la mayoría de los participantes de este encuentro continental: “Vinieron campesinos, militantes sindicales y gentes de los barrios… todos manifestaron realidades que no se ven ni en los diarios ni en la televisión”, aseguró.
Contra la opresión
Cada una de las problemáticas compartidas en torno a la Palabra fueron abordadas con el método que caracteriza a las CEBs: ver, juzgar, actuar, celebrar y evaluar. Bajo estos conceptos se compartieron distintas realidades. Montes resaltó las dos que más le impactaron: la de los brasileros, “con mucha bronca y dolor porque la destitución de su presidenta la vivieron como un robo. Ellos se sienten sometidos a un poder dominante que no da el brazo a torcer”; y la de los panameños, en lucha “cada vez más fuerte contra las empresas hidroeléctricas que se están llevando casi el 90 por ciento del agua potable del país para abastecer a los Estados Unidos”.
Estos 50 años de vida de las CEBs han sido de lucha, de resistencia, donde muchos han dejado la vida por su compromiso con el Evangelio y por la gente. Por eso, se han nombrado y recordado y muchos obispos, sacerdotes y laicos que han luchado por la justicia y la dignidad hasta dar la vida, literalmente. Quizás los nombres que más se repitieron fueron el de los mártires Óscar Romero y Enrique Angelleli.
Frente a tantas situaciones de lucha y de dolor, que lamentablemente seguirán siendo una razón de ser de las CEBs, Montes está convencido de que hay esperanza “en la unión de las personas” sumado a “la fe, la Palabra y el Espíritu de Dios”. Porque el poder de las comunidades, “está en la vida comunitaria, en la Palabra; esto da la fuerza para seguir luchando”, asegura Montes.
NICOLÁS MIRABET. BUENOS AIRES
FOTOS: ZULMA FLORENTÍN
Oremos…
La Oración del X Encuentro Continental de CEBs dice en una de sus partes: “Trinidad Santa sostén nuestro compromiso, como seguidores (as) misioneros (as) de Jesús de Nazaret, de construir un mundo donde la vida sea respetada y valorada, donde todos (as) puedan vivir con dignidad, justicia y fraternidad, soñando el sueño del Reino de Dios”.
Al menos con leer este extracto se percibe que las preocupaciones en todas las comunidades de América Latina y del Caribe son compartidas Y si hay algo que las caracterizó durante estos 50 años es la centralidad de la Palabra y la mirada crítica de la realidad.
