CHILE – Carmelitas en pie de guerra

Desde hace cuatro años luchan por defender su terreno de una central hidroeléctrica que intenta pasar una tubería que lo divide y rompe su clausura.

“La Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile (CONFERRE) hace público su apoyo al momento crítico por el que está pasando la Comunidad de Carmelitas Descalzas del Cajón del Maipo, por las repetidas y continuas presiones a las que se encuentra sometida. La empresa Coyanco S.A. ha demandado judicialmente a las religiosas, pidiendo una parte de su terreno en calidad de servidumbre de paso perpetua para trasladar aguas que alimentarán su hidroeléctrica, en el marco de construcción de varias centrales continuas situadas en la ribera sur del río Maipo”, expresa la declaración pública difundida recientemente.

Coyanco mantiene una central hidroeléctrica a algunos kilómetros del interior de ese sector cordillerano, y hace algunos años intenta poner en marcha un nuevo proyecto denominado El Canelo, el cual requiere un paso de tuberías que cruzarían el terreno donde se emplaza este monasterio. Se trata de una topografía compleja: el río Maipo pasa entre cerros precordilleranos dejando zonas muy angostas a ambos lados. En la ribera sur, en la falda de un cerro, está enclavado el monasterio. Recientemente un Comité de Ministros aprobó el proyecto suscitando la declaración de la CONFERRE.

Esta comunidad llegó allí a instalar su monasterio dejando atrás su anterior ubicación que había sido invadida por el crecimiento de la ciudad de Santiago, en La Pintana. “En este lugar llevamos 23 años –aseguró la superiora María Elisa Castillo–, y hemos recibido muchas muestras de apoyo de nuestros vecinos. Ellos se encuentran totalmente en contra de la central. Es el Derecho Canónico el que a nosotras nos entrega la seguridad de que nadie, fuera del culto, pueda ingresar. Estamos hablando de trabajos enormes que dividirán el monasterio en dos”.

Esta controversia judicial tiene ya algunos años. En 2014 el organismo regulador medioambiental rechazó el proyecto que al año siguiente fue aprobado. “Hemos sentido que el sistema chileno de evaluación tiene algo mal. ¿Cómo se puede entender que en el año 2014 todos los servicios técnicos rechazaron el proyecto, y meses después se aprueba el proyecto, sin ningún cambio ni mejora?”, argumenta la superiora. Por eso, interpusieron la demanda judicial que las mantiene en esta controversia.

Ellas han expresado públicamente su posición y han asistido a los actos judiciales para defenderla: no aceptan que los ductos pasen por su terreno porque es clausura pontificia y lo dividen quitando privacidad al monasterio. En especial después de que en 2013 tuvieron que organizarse para proteger su terreno de una sucesión de incendios que ocurrieron muy cerca de ellas, amenazando algunas de sus construcciones. Se defendieron y denunciaron esta extraña coincidencia.
La superiora, quien asiste regularmente a reuniones con la comunidad, destaca: “hemos tenido todo el apoyo que la iglesia nos puede dar. Hay cosas que escapan de esto, como la política. Ahí nada podemos hacer”.

Por su parte, Ian Nelson, gerente general de Energía Llaima, empresa controladora de Energía Coyanco, destaca que “el diseño del proyecto trató de afectar lo menos posible el predio de las religiosas, por lo cual los trabajos de los ductos que se instalarán no durarán más de cuatro semanas. Para nosotros es un paso positivo contar con la aprobación ambiental del Comité de Ministros para construir esta central hidroeléctrica de baja escala, de energía renovable no convencional, que generará energía de 16 megawatts para los habitantes de la zona”.

Protegidas por el Derecho Canónico

“Los trabajos acarrearán una modificación en el Santuario, lugar que tiene una clausura papal, donde el Via Crucis será dividido en dos por el proyecto. Desde el monasterio se tiene la idea de que se las está obligando a dejar el lugar. En el lugar se tiene que hacer un hoyo enorme donde se colocará el tubo”, explica Maite Birke, candidata a concejala por la zona, una de las personas que ha defendido la Comunidad de Carmelitas Descalzas del Cajón del Maipo.

El abogado de la orden religiosa, Roberto Celedón, explica que en la Constitución y en la ley sobre libertad de culto en Chile se reconoce que las cosas destinadas y consagradas al culto están regidas por el derecho canónico “y aquí las madres están protegidas por el derecho canónico en cuanto a que no están obligadas a prestar colaboración con proyectos que son antagónicos a su modo de vida”.

Para el abogado, la aprobación que hizo el Consejo de Ministro fue condicionada, “por lo que mientras no tengamos la resolución específica que nos permita conocer las condiciones que impuso el comité de ministros, es prematuro aventurar algún escenario”. Mientas tantos, las religiosas dicen que no se rendirán.

“A nosotras nos llegó una carta en donde se nos comunicaba que Coyanco quería ya comenzar con las faenas, sin embargo, los jueces nos comunicaron que esto todavía no corresponde. Si desde Coyanco vinieran, nosotras llamaríamos a Carabineros para que se respete la ley, porque Coyanco no tiene todavía los derechos de servidumbre”, asegura la superiora.

Por su parte, Celedón explica que “el problema del emplazamiento del acueducto choca con la existencia de lugares sagrados para el monasterio, situación que se espera se resuelva con el recurso de casación que está en la Corte Suprema de Justicia. Desde el monasterio no tienen ningún interés en salir del lugar.

Se trata de un tema que por primera vez se presenta en el país. Ellas no piensan retirarse, y así se lo han dicho al mismo Intendente de Santiago”, concluyó.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

 

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