ARGENTINA – “Es imperioso un cambio de mentalidad”

El obispo D’Annibale asegura que en Río Gallegos hay una “alta tolerancia social” a los prostíbulos.

“Nos siguen conmoviendo, en Santa Cruz y Tierra del Fuego, la alta tolerancia social y la naturalización del sistema prostibulario al que, para justificarlo, suele vinculárselo con lo cultural. Manifestamos que la trata de personas y la explotación sexual son modos de esclavitud que violan la dignidad, la libertad y los derechos humanos de tantas mujeres, niñas y jóvenes de ambos sexos”. Así de contundente fue Miguel Ángel D’Annibale, obispo de Río Gallegos, en un mensaje que emitió el 23 de septiembre con motivo del Día Internacional de la Lucha contra la Trata de Personas. E hizo un pedido: “es imperioso un cambio de mentalidad para enfrentar este delito y la adopción de políticas públicas comprometidas, contundentes y que convoquen a diversos sectores para crear conciencia de que estas aberrantes prácticas son un problema social, un problema de todos”.

 

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Río Gallegos no escapa a las fragilidades políticas, judiciales y sociales de cualquier ciudad latinoamericana. Sin embargo, su territorio rico en petróleo y su importante movimiento portuario hace que sea un lugar de alto tránsito de gente de todas partes del país, situación que indirectamente propicia ciertos vicios y malos hábitos. Esta realidad genera que desde Río Gallegos se demande con frecuencia gente de otras partes del país, para los más diversos trabajos, aunque de manera particular, para la prostitución. Asimismo, tanto movimiento de gente –con la correlativa falta de control– propicia el envío de personas a cualquier otra parte del mundo.

Sin bien el obispo reconoce que la legislación vigente “tipifica el delito de trata de personas”, percibe “insuficientes e ineficaces la asistencia a las víctimas, a sus decisiones y el respeto de los derechos establecidos en la Ley”. Y reclama: “Resulta imperioso completar la reglamentación de la ley nacional Nº 26.842 de Trata de Personas, como así también reglamentar en Santa Cruz la ley provincial N° 3.352, y en Tierra del Fuego la ley N° 938, que permitiría el funcionamiento de comisiones y oficinas, tanto de Rescate, como de Asistencia a las víctimas”.

 

Acompañar a las víctimas

En este mensaje, dado a conocer en conjunto con los equipos diocesanos de Pastoral Migratoria, de Pastoral de la Escucha y de Pastoral Social, el obispo asegura que como diócesis “seguimos afirmando, junto a toda la Iglesia, que: ‘la trata de personas en todas sus formas, y en particular el tráfico para fines de explotación sexual y prostitución, debe ser declarada crimen de lesa humanidad. Los traficantes deben ser llevados a juicio en el marco de leyes nacionales e internacionales claras, con el decomiso de aquellas ganancias que sean producto de su actividad ilegal y las víctimas deben ser indemnizadas por todos los daños sufridos’. (Conclusiones Coloquio contra la tata de personas, Vaticano, 2015)”.
Y aprovecha las palabras del papa Francisco, cuando dice que “la rehabilitación de las víctimas y su reinserción en la sociedad es siempre posible, es el mayor bien que podemos hacerles a ellas mismas, a la comunidad y a la paz social (…) es duro el trabajo, no termina con la sentencia sino después, procurando que haya un acompañamiento, un crecimiento, una reinserción, una rehabilitación de la víctima”.

NICOLÁS MIRABET. BUENOS AIRES

 

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