La comunicación vaticana, fortalecida y cercana

Patricia Santos, Secretaria General del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala

Patricia Santos, Secretaria General del Instituto CEU de Humanidades Ángel AyalaPATRICIA SANTOS | Secretaria General del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala

Fortalecida y cercana. Estas dos palabras son las que se me vienen a la mente tras conocer la nueva iniciativa del papa Francisco. La recién nacida Secretaría para la Comunicación fortalece a la Iglesia y nos acerca a ella. Al unificarse el centro de interlocución y contacto con la Santa Sede, todas las noticias serán susceptibles de recibir un tratamiento uniforme, coherente, sistemático y adecuado a cada canal de comunicación; y gracias a los nuevos cauces, se permite una mayor cercanía –casi inmediatez– de la Iglesia con el público mundial.

Bajo la responsabilidad de esta nueva Secretaría está la gestión de la comunicación del Papa y de la emisión de información y comunicación oficial del Vaticano. Integra el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales; la Oficina de Prensa; el Servicio Internet del Vaticano; la Radio y la Televisión vaticanas; L’Osservatore Romano; la Librería Editora Vaticana; e incorpora la gestión de la web institucional de la Santa Sede (www.vatican.va) y el servicio Twitter del Papa: @pontifex.

Destaca su composición universal y profesional: el prefecto, Dario Edoardo Viganò, junto con obispos de Líbano, Kenia, Haití, Myanmar, Irlanda, Lituania, Italia, Francia, Vietnam, España (Guadix) y Portugal; y los prefectos de la Congregación para las Iglesias Orientales y para el Clero. Cuenta con la presencia de laicos profesionales expertos en las materias encomendadas: dos asesoras de comunicación de larga trayectoria, Kim Daniels y Leticia Soberón Mainero; dos profesores universitarios, Markus Schächter (Ética en los medios de comunicación) y Natasa Govekar (Iconografía cristiana); los periodistas Paolo Nusiner, Giacomo Ghisani, Greg Burke y Paloma García Ovejero, y el ingeniero Francesco Masci.

El proyecto llega en un momento muy oportuno, respondiendo idóneamente a las nuevas exigencias del panorama de la comunicación actual: cambiante, interactivo y complejo. Realmente supone un paso adelante en la lógica católica del urbi et orbe, aplicable a la comunicación, que era necesario dar.

Publicado en el número 3.005 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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