Organizan seminario para transformar el modelo de familia sustituta
En Paraguay hay cerca de 1.700 niños separados de sus familias biológicas, que se encuentran en hogares o residencias, dentro de lo que se denomina como “cuidados alternativos”. Así lo afirmó Anja Goertzen, de la organización Paraguay Protege Familias, en el seminario Cuidados alternativos a la luz de mis derechos celebrado el pasado 13 de septiembre en la Universidad Nacional de Asunción.
Este seminario fue una de las actividades previas al VII Congreso mundial por los derechos de la infancia y de la adolescencia, que este año se llevará a cabo en Paraguay los días 16, 17 y 18 de noviembre.
El objetivo del reciente seminario era establecer un espacio de intercambio de experiencias respecto al cuidado alternativo a niños, niñas y adolescentes separados de sus familias y la importancia de una protección en el ámbito familiar. Así se buscaba brindar herramientas básicas para el proceso de transformación del “modelo de cuidado institucional” al “modelo residencial y/o familiar”, en el marco de la implementación del Reglamento de cuidado alternativo de niñas, niños y adolescentes en programas de acogimiento familiar y entidades de abrigo. Las conclusiones arribadas en este seminario serán presentadas en el Congreso mundial de noviembre.
Este seminario fue organizado por la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia, a través de su Dirección de Protección Especial. Entre los expositores internacionales se destacaron Philip Aspegren y Sonia Barrientos, del programa de acompañamiento familiar Casa Viva Costa Rica y el ucraniano Ruslan Maliuta, del movimiento internacional World Without Orphans (Mundo Sin Huérfanos), así como también referentes locales de Aldeas Infantiles SOS Paraguay. Casa Viva trabaja con niños, niñas y adolescentes que fueron separados de sus familias biológicas por una situación legal, brindándoles una familia acogedora mientras se trabaja por restaurar la familia biológica, o mientras se busca una alternativa permanente, como un proceso de adopción. Aldeas Infantiles SOS, por su parte, ha sido una institución pionera al definir un enfoque familiar en el cuidado de niños y niñas huérfanos y abandonados.
Fortalecer los vínculos
En Paraguay, “seis de cada 10 niños vive en una situación de maltrato o abuso en sus hogares, pero no todos deberían ser separados de sus familias, de ahí la necesidad de trabajar en la prevención y en fortalecer a las familias”, afirmó Goertzen. “Un tema que también preocupa –agregó–, es la falta de capacidad para recibir más niños en las instituciones de acogida, y que las familias acogedoras son muy pocas. Por eso urge acreditar más familias para que colaboren con el cuidado temporal de estos niños mientras se resuelven las situaciones de conflicto”. Y remarcó: “Hoy sólo hay cerca de 50 niños con familias acogedoras”.
Por su parte, Barrientos contó que si bien no hay datos certeros, se estima que alrededor del 60 por ciento de los niños que pasan algún tiempo por cuidados alternativos logran volver finalmente a su familia de origen. Aunque aclaró que no siempre a la nuclear, “ya que dependiendo del caso a veces quedan con tíos, abuelos, vecinos o alguna persona de afecto del chico con quien pueda reinsertarse”.
Mientras tanto, para que el niño pueda ser reinsertado se requiere un trabajo de evaluación muy delicado, que debe ser finalmente autorizado por un juez, quien define si las condiciones están dadas para que retorne al hogar con un acompañamiento y seguimiento. Cuando esto no fuera posible, pueden entrar en adopción, pero este es un proceso largo y tedioso que, además, sólo es una posibilidad para los menores de cinco años. Los otros quedarán en un hogar de acogida o con una familia sustituta hasta la mayoría de edad.
El impacto de las familias de acogida en estos niños suele ser muy positivo y logra ayudar a estos niños a retomar su vida. Casi en un 100 por ciento logran recuperar su escolaridad y también acceso a la atención médica. En algunos casos se reciben niños que estaban en situación de calle, logrando sacarlos muchas veces de las drogas o de la integración de pandillas, dando así un giro impresionante a sus vidas, gracias al cuidado y al seguimiento que reciben.
