Editorial

La lección de Benedicto XVI

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portada VN Libro-entrevista a Benedicto XVI Últimas conversaciones 3003 septiembre 2016 pequeña

EDITORIAL VIDA NUEVA | Quienes pensaban que la pervivencia de dos papas en un mismo espacio y tiempo podría generar una crisis de autoridad y liderazgo, o incluso desembocar en una bicefalia dentro de la Iglesia, se equivocaban.

Así lo han demostrado Francisco y Benedicto XVI en su día a día y en los acontecimientos vividos en estos tres últimos años. El Papa emérito lo pone ahora de manifiesto en Últimas conversaciones (Mensajero), el libro-entrevista que se publicará en octubre en nuestro país. En el adelanto que incluye este número de Vida Nueva, respalda los “nuevos acentos” de su sucesor, aplaude sus formas y niega cualquier ruptura con su pontificado.

No son pocos los que han llamado a la puerta del convento Mater Ecclesiae para recabar de Joseph Ratzinger tan solo una palabra que cuestione a Jorge Mario Bergoglio. Todos ellos han hecho el camino de vuelta sin éxito. Benedicto XVI es fiel no solo al particular voto de obediencia a su sucesor que profesó el día de su renuncia, sino también al imperativo personal de ser “cooperador de la verdad”.

Otros tantos han aplaudido y jalean de forma interesada la hondura teológica de Benedicto XVI para menospreciar a Francisco. A la inversa, no han faltado quienes han puesto en valor las reformas de Francisco para legitimarle y presentarle como antítesis de Benedicto. Ni Ratzinger ni Bergoglio han necesitado en su trayectoria y sus pontificados alabanzas personalistas ni camarillas que les auparan. Pero tampoco opositores disfrazados de profetas aferrados a una ortodoxia caduca absolutista o a un progresismo demodé igualmente excluyente.

Si algo les sostiene y les mueve a ambos es la acción del Espíritu Santo y su entrega sin miramientos a toda la comunidad eclesial a la que pastorean. Desde ahí han ejercido con libertad el ministerio petrino, esa libertad que llevó al Papa alemán a retirarse.

Su marcha ha permitido que, por primera vez, un obispo de Roma pueda hacer balance de su pontificado y borrar en primera persona cualquier sombra de duda sobre su trayectoria vital y los episodios más espinosos de su pontificado. La naturalidad con la que se expresa a lo largo de la entrevista refleja una vez más la fortaleza, exquisitez y humildad del Papa emérito, a la vez que pone en valor su cercanía, eclipsada muchas veces por su perfil académico.

Precisamente, estas reflexiones inéditas del Papa emérito se revelan como una lección magistral del viejo profesor que convoca a toda la Iglesia a trabajar a una, siempre abiertos a la novedad que viene de Dios, sea en forma de renuncia histórica como la suya o de reforma tan urgente como necesaria promovida por su sucesor.

Publicado en el número 3.003 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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