El Servicio Jesuita a Migrantes reclama el cierre de los CIE

RUBÉN CRUZ | El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) insiste en reclamar el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y aboga por que se acuda al internamiento “solo como último recurso, cuando falle toda otra medida cautelar alternativa”, según explicaron el pasado 14 de septiembre en la presentación del Informe CIE 2015: Vulnerables, vulnerabilizados. Al tiempo, piden que “se potencien las alternativas a la expulsión” y recuerdan que “es preciso seguir mejorando las condiciones de vida de las personas que sufren internamiento”.

De acuerdo con los datos del Ministerio del Interior, en 2015 se ejecutaron 2.871 expulsiones de nuestro país desde los CIE, mientras que fueron internadas 6.930 personas, por lo que fueron expulsadas de España el 41,42% de ellas. Por este motivo, Miguel González, coordinador del Servicio Jesuita a Migrantes, dijo, durante la presentación del informe, que los CIE son utilizados como “dispositivos de control fronterizo” que “nos introducen de lleno en un mundo de excepcionalidad jurídica, donde personas que solo buscan un mejor futuro son recluidas o ven sus libertades seriamente restringidas”. “Esto no tiene justificación”, enfatizó.

Por su parte, Santiago Yerga, coordinador del informe, destacó que, pese al descenso de repatriaciones desde los CIE, el número de expulsiones se mantiene, por lo que cree consolidada la “expulsión exprés”. Además, Yerga ha instado a una homogeneización de las normas de régimen interior entre los diferentes CIE y “a un desarrollo técnico y riguroso del reglamento regulador de los centros que permita un tratamiento idéntico en derechos y obligaciones para las personas internas”.

Así, las personas visitadas por el SJM han alcanzado la cifra más alta desde 2012 (503). Estas visitas han permitido asistir e identificar a personas enfermas, personas que han referido ser agredidas en el interior del CIE, personas a quienes nadie visita, víctimas de trata de seres humanos, menores y solicitantes de protección internacional, según explican los responsables del estudio.

Publicado en el número 3.003 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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