Hastío entre los obispos españoles: “Esta situación política es vergonzosa”

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy (al fondo), durante la fallida sesión de investidura del pasado 2 de septiembre

Algunos prelados analizan para VN el bloqueo institucional tras las fallidas investiduras de Rajoy y Sánchez

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy (al fondo), durante la fallida sesión de investidura del pasado 2 de septiembre

JOSÉ LORENZO | Desde octubre de 2015, cuando fueron convocadas las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, España vive una situación de interinidad, con un Gobierno en funciones. Casi once meses y dos convocatorias electorales después, la falta de voluntad para el acuerdo, que se ha traducido en sendos procesos de investidura fallidos (en marzo con el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y en agosto con el del PP, Mariano Rajoy), amenaza con el marasmo institucional. Ante esta situación de bloqueo, que genera desconcierto entre la ciudadanía, la Iglesia se muestra muy cauta, y la postura oficial –como la que manifestó el cardenal Ricardo Blázquez en Vida Nueva tras los comicios del 20-D o después de los del 26-J– sigue siendo la de que los partidos busquen el diálogo y el consenso porque “las soluciones numéricas solo hasta cierto punto llegan”, como señaló el purpurado abulense en rueda de prensa durante su estancia en Cracovia para asistir a la la Jornada Mundial de la Juventud.

Sin embargo, el hastío es también fácilmente detectable entre los prelados. “Esta situación es vergonzosa, porque no se respeta la voluntad de pluralidad política que han votado los españoles en dos consultas electorales”, apunta a Vida Nueva un obispo que reclama la confidencialidad.

De otra manera, a día de hoy resulta misión prácticamente imposible que alguno de ellos quiera pronunciarse sobre un momento donde prima “el enrocamiento” de los distintos partidos “debido, sobre todo, al personalismo de sus dirigentes”, señala.

De los resultados electorales del 20 de diciembre y del 26 de junio, este obispo extrae un par de reflexiones. La primera: “La gente tiene miedo a lo que pueda venir, fundamentalmente a través del populismo de Podemos, partido que parece haber tocado techo”. Y la segunda: “Pedro Sánchez no acaba de cuajar como líder para la ciudadanía. Si el PSOE tuviese otro candidato, quizás el PP no estaría venciendo en las elecciones, porque está muy salpicado por la corrupción”.

Lo que le cuesta ya mucho más analizar, porque “no tiene ni pies ni cabeza”, es el aval que el Gobierno en funciones había dado a la designación del exministro popular José Manuel Soria –obligado a dimitir por los llamados papeles de Panamá– para un cargo en el Banco Mundial, y que finalmente le ha retirado ante el escándalo político y mediático.

¿Terceras elecciones?

“No deseo unas terceras elecciones ni lo que eso conllevaría para el prestigio de la clase política española en el concierto internacional, donde, como acabamos de ver, tiene que sentarse con el G-20”, apunta a esta revista otro obispo. Y cree que ese tampoco es el deseo del rey Felipe, “que acaba de decidir no convocar a ninguno de los candidatos hasta que hablen entre sí”.

Pero, a la vez, cree que evitar esos nuevos comicios pasa por renuncias del PSOE. “¿Van a ser valientes en su Comité Federal para sacar a Sánchez de en medio? ¿O conseguirán que seis diputados se abstengan [para facilitar la investidura de Rajoy]?”.

En su opinión, “al PSOE le toca abstenerse, ser oposición y vigilar para que no haya desmanes, porque el pueblo, que atesora sabiduría, sabe que siempre habrá corrupción en el poder, por eso a Rajoy no le ha pasado factura”.

Instalados en la anomía

“Vivimos una anomía, una falta de normas y valores. Y nuestra sociedad esta desmoralizada, pero en el sentido de que ha de tirar por donde pueda…”, abunda uno de los obispos consultados para referirse a la situación que vive el país. Y en este sentido, echa en falta “la voz de intelectuales libres. Tampoco oigo a artistas, a jueces… Y no tenemos seglares que sean influyentes y digan una palabra desde la fe ante esta situación. Nadie se mueve, todo el mundo está agazapado. Y los obispos participamos un poco de esta situación, tampoco hablamos con espontaneidad, aunque me parece bien que no nos hayamos pronunciado de manera oficial ante las convocatorias electorales”.

Publicado en el nº 3.002 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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