El CELAM y la CAL celebran el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano

El cardenal Marc Ouellet asegura que las CEBs son “oasis de misericordia”

El CELAM y la CAL celebran el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano agosto 2016

ÓSCAR ELIZALDE PRADA (BOGOTÁ). Fotos: CELAM | La iniciativa conjunta de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) –en comunión con los episcopados de Canadá y Estados Unidos– de celebrar “el don de la misericordia de Dios en el continente americano” no fue un congreso ni un meeting, como afirmó el papa Francisco en el vídeo-mensaje que dirigió a los más de 300 representantes de la Iglesia en América que, del 27 al 30 de agosto, compartieron en Bogotá esta experiencia de espiritualidad, conferencias, grupos de trabajo y prácticas de misericordia.

Acogiendo la invitación del Papa a reconocer que “fuimos tratados con misericordia” y es preciso “dejarse misericordiar” para “aprender a tratar con misericordia”, el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano fue, como tal, “una forma concreta de ‘tocar’ la fragilidad, de vincularnos con los otros y de acercarnos entre nosotros”, orientada hacia la conversión personal, pastoral y misionera de sus participantes: 14 cardenales, 113 obispos, 50 sacerdotes, 17 religiosos y religiosas y 117 laicos y laicas, incluyendo algunos matrimonios.

Este fue el significado de la peregrinación a la Basílica Menor de Nuestra Señora de Lourdes, donde los participantes atravesaron la Puerta Santa y celebraron el sacramento de la reconciliación –previos a la Eucaristía inaugural– como gestos de comunión y sinodalidad de una Iglesia ‘en salida’ que se comprende a sí misma ‘pobre y para los pobres’. En palabras del cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá y presidente del CELAM, “la misericordia impregna nuestra tarea de acercarnos a los pobres, de hacernos pobres, acompañar a los pobres y ver cómo hacemos posible que se cumpla la misericordia con los pobres”.

En este sentido se comprende el original intercambio de experiencias que suscitaron los paneles y la visita a 27 obras de misericordia en la Arquidiócesis de Bogotá, lo mismo que en el compartir de múltiples expresiones de misericordia presentes en los países del continente americano, como se advirtió en los grupos de trabajo, donde se debatieron las exigencias y los desafíos para vivir este tiempo de misericordia y se dieron a conocer algunas formas de misericordia en la misión de la Iglesia local, en los movimientos laicales y en la vida consagrada, sin dejar de reconocer la aportación de numerosas Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), “que son un sinnúmero de estrellas brillantes en la noche de la indiferencia religiosa”, como aseveró el cardenal Marc Ouellet, presidente de la CAL.

El propio cardenal Ouellet, en su conferencia sobre La Iglesia, sacramento de la misericordia en América, destacó que las CEBs son “oasis de misericordia”, ya que “su testimonio de fraternidad, sinceramente nutrido con la Palabra de Dios y abierto al ecumenismo, no es solo un signo atrayente de la gracia; es una fuente eficaz de misericordia y de caridad activa que regenera constantemente el tejido social de una población, una ciudad y un país”.

Publicado en el nº 3.002 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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